Iba con la idea equivocada de que aquella persona era un modelo a seguir; aquellos seres que deberían salir en las portadas de las revistas, ser nombradas en la radio y abrir los telediarios con su rosto. Pero estaba muy equivocada; y no hay mayor satisfacción que comprobar tu propio aprendizaje. Soy como soy; no tengo por que cambiar absolutamente nada. Soy suficiente. Tengo mis manías, mis fobias, mis filias, y no tienen que ser las mismas que en los demás. Al menos lo reconozco; es el primer paso que hay que dar para el cambio.
He visto como es su vida, hasta lo más profundo de sus entrañas. Sentía admración, devoción por aquella persona. Pero todo lo que llega arriba cae por su propio peso. Me hice una idea preconcebida errónea. Y no me arrepiento de haber vivido esta experiencia, de conocer a alguien, para poder afirmar, y reafirmar, que mi vida es única y, por consiguiente, yo también soy única.
No necesito parecerme a nadie. Tengo mi propio camino. Soy yo misma, la mejor versión que puedo dar de mí.
Repítete esto cada día. Cada uno de los días de tu vida. Al levantarte, al acostarte. Siempre que tengas ocasión. Brilla con luz propia; porque la tienes, está dentro de ti. Cierra los ojos (nunca el corazón), siente y se tu mismo. Eres perfecto tal y como eres.
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¡Muchísimas gracias por leerlo!
¡No dudéis en escribirme (e-mail: luciavegavega@hotmail.com) si queréis hacer alguna consulta o hablar sobre algún tema!
El viernes publicaré una experiencia y reflexión sobre el Shungit, un mineral de la nueva época.
Y... ¡Atentos! En septiembre publicaré un relato en varias partes de género dramático, del cual tuve el placer de grabar un cortometraje a partir de su guion.
Un saludo, feliz día, y LUZ. Mucha LUZ.
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