Mi más triste verano.

   Le prometí que terminando las vacaciones de verano yo ya no sentiría nada por él. Me quedan 2 semanas y no logré nada, pero mi amor tampoco creció. Me siento exactamente como la última vez que lo vi, enamorada y un poco rota.

   De igual manera, él me dijo que se olvidaría de mi confesión. Pero no lo olvidará, aunque a él le resultará más fácil fingirlo que a mí. Y es que cuando estoy cerca de él mi amor no se puede esconder…

  Yo confiaba en que iba a dejar de quererlo de ese modo y que lograría verlo como un simple amigo. Ríanse conmigo por favor porque no conseguí hacerlo.

  Mi verano consistió en días “buenos” y noches tristes. Noches en que lo único que deseaba era tenerlo a mi lado, abrazarlo y besarlo hasta que me cansará; mis noches se convertían en un pase a una tierra de fantasías, imaginando cosas que nunca pasarán. 

  Sólo mi diario y canciones de desamor me acompañaban. Oraba en silencio rogando que por favor pudiera dejar de amarlo, cuando meses atrás, pedía ser la chica de sus sueños.

  Pase un verano agridulce e irónicamente, frío. Me sentía un poco vacía, y la sensación de que me estaba amargando era constante y hasta la fecha no puedo detenerla. Supongo que aun no soporto la idea de que él no me quiere a mí.

  La gente puede decir que no conozco el amor sólo porque tengo 16 años, pero, ¿Ellos qué van a saber? ¿Qué les hace pensar que a su edad ellos si conocen el amor?

  El verano, mi época favorita del año, el momento que más espero después de mi cumpleaños; hoy ya no es igual. Este verano lo sentí como los vientos fuertes del otoño, acompañados del frío del invierno. Éste ha sido mi verano más triste.

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Muchas gracias por leerme. Lamento que no puedan disfrutar de una buena lectura, lamento no poder darles algo que valga la pena, pero el verano realmente no me ha sonreído... Sólo quería desahogarme, y este me pareció el lugar perfecto.