LAS OPINIONES Y LA RESPETABILIDAD

Sigue habiendo muchos que van diciendo por ahí que todas las opiniones son respetables. ¿Cómo puede ser esto? ¿En qué está pesando quien algo así propugna? ¿Realmente está pensando? Sea como fuere, esta opinión de que todas las opiniones son respetables no es en absoluto respetable en la medida en que está fundamentada en la más absoluta necedad y falsedad. Menos mal que hay quienes aportan luz a este asunto, como es el caso de Fernando Savater: “no todas las opiniones son respetables, ni mucho menos. Lo que son respetables son las personas, pero no las creencias en sí mismas. No merece el mismo respeto una opinión que afirma que dos y dos son cinco que la dice que son cuatro. Y eso es aplicable”. En otras palabras, las opiniones respetables son aquellas que brotan de la responsabilidad y de la verdad y no de la irresponsabilidad y la falsedad. Heráclito dice que «Las opiniones de los mortales son juegos de niños»1 y que «Aun aquel que tiene las opiniones más perfectas, conoce y posee solamente opiniones»2. Pero Heráclito nos habla de unas opiniones que están constituidas solamente a través de los sentidos, algo que, por lo demás, no puede ser del todo cierto en la medida en que siempre intervendrá en cualquier opinión un mínimo de logos (aunque solo sea una brizna). En definitiva, no todas las opiniones tienen el mismo estatus de respetabilidad habida cuenta de que una opinión será más respetable cuanto más participe de la verdad.

1 Fraile, Historia de la Filosofía I, 170

2 Ibíd.