El verano mas caliente de mi vida.

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Todo sucedió en el verano de hace dos años. Yo me encontraba un poco bajo de ánimos, ya que hacia poco tiempo que había dejado mi relación de tres años con mi ex-novia. Decir que soy un chico de 29 años, alto, moreno, con cuerpo atlético y labios carnosos, no me considero el mejor en la cama pero me defiendo bastante bien, o eso me han dicho a lo largo de mi vida, lo que mejor se me da y mas me gusta con diferencia, es hacer disfrutar a la mujer. Me encanta ver la cara de placer que ponen en ese momento. Mis padres me plantearon la idea de que me fuera al pueblo a una casa que tenemos para desconectar. Al principio estuve un poco reacio a la invitación, hacia muchos años que no pisaba ese lugar, ya que la idea del pueblo no es que me agrade mucho, pero finalmente acepte ya que no tenia nada previsto para ese verano.

Nada mas llegar al pueblo e instalarme en la casa salí a dar un paseo por los muchos campos que componen el pueblo, llegué hasta un espectacular laguito donde observe que se encontraba una chica con su perro bañándose. Me llevé una gran sorpresa cuando me di cuenta que la chica estaba completamente desnuda, dejándome ver sus maravillosas tetas y unos pezones rositas apetecibles, tenia una larga melena morena, a juego con su bronceado, tenia un cuerpo que dejaba sin habla a cualquiera, era una diosa que me estaba regalando las mejores vistas en ese momento. La chica no tendría que tener mas de 21 años, ¡pero que 21 años!. Me sentí súper excitado y nervioso a la vez por si la chica me descubría, ya que se sentiría avergonzada al verme estando ella sin ropa. Me puse a cubierto detrás de un gran matorral sin dejar de perder visión de esa estampa tan excitante, mientras me masturbaba mi gran pene, no lo dije antes, pero tengo una polla bastante grande y apetecible. Después de correrme gustosamente, me fui de allí sin hacer ruido y con la cabeza llena de fantasías. Esa imagen me había dejado muy cachondo.

Al día siguiente vino a casa Lucas, un amigo del pueblo, para salir a tomarnos algo antes del almuerzo, me comentó que había gente nueva veraneando en el pueblo, viendo la estampa del día anterior ya me lo había imaginado, pero no le dije nada a Lucas, opte por tenerlo en secreto. Se acercó la hora del almuerzo así que nos despedimos y nos fuimos a nuestras respectivas casas para comer algo, quedamos en tomar café después de la siesta, a eso de las 18:00.

Camino a casa vi como tropezó una mujer dejando caer las bolsas que llevaba, me acerque a ayudarla, estando de pie, pude ver que era una mujer bastante sensual para la edad que tenia, rondaba los 45 años, pero aun lucia una espectacular figura y unos pechos que hipnotizaban llevaba un top apretado que señalaba sus grandes pezones, unos pantalones vaqueros apretados que le hacían un culo espectacular, no pude evitar sentir un palpito en la polla que hacia que esta fuera creciendo por momentos. La acompañe hasta su casa para ayudarla con las bolsas, ella me lo agradeció invitándome a su casa para darme un vaso de agua. En el momento de entrar, mi mente empezó a volar poniendo situaciones en las que terminaba follando como loco con esa mujer, la verdad es que no podía dejar de imaginarme como seria su cuerpo al desnudo, tenia claro que tenia que hacer algo para conquistar a esa mujer. Tomándome el vaso de agua observe de reojo que la mujer me estaba mirando el paquete bien crecido que tenia gracias a ella, no le quitaba ojo, lo que me sirvió para armarme de valor y decirle que si le gustaba lo que estaba mirando, a lo que me contesto que si, que era un chico bastante atractivo y por lo que había visto, intuía que tenia una buen miembro. Sin pensarlo dos veces me la saque para que la contemplara por completo. Vi como su rostro cambio por lo que estaba viendo, se notaba que le estaba excitando ese momento, le dije que si quería probarla, se acercó a mi, me beso dulcemente mientras me acariciaba lentamente la enorme polla que gracias a ella se me había puesto, empezó con un movimiento lento y poco a poco fue aumentando el ritmo, mis manos empezaron acariciando su cara, pasando después a sus enormes pechos y justo cuando iba a tocar su entrepierna me agarro la mano, me miro a los ojos y me dijo.

- Quiero comerme esa polla tan bonita que tienes. Me dijo Clara (que era como se llamaba).

-Puedes hacer lo que quieras conmigo. Le respondí

Sin pensarlo dos veces se agacho y se metió mi miembro en su profunda boca, que dulzura de boca, mi cuerpo se estremeció nada mas que sus labios rozaron mi polla. Se notaba que tenia experiencia, se sacaba el pene de vez en cuando por completo para contemplarlo de cerca para después volvérselo a meter, me estaba volviendo loco esa boca. No aguantaba mas el placer que me estaba dando esa madura. Le agarré de la cabeza con intención de parar su exquisita mamada, era mi turno y estaba dispuesto a dedicarle todo el placer posible con mi lengua, nos dirigimos al sofá, donde le quite los pantalones y el tanga blanco de encaje que llevaba para dejar al descubierto un hermoso coño rosado, depilado completamente. Estaba deseando comérmelo así que no espere mas y empecé besando sus bonitos y duros pezones para bajar después por su barriguita suave hasta llegar donde quería, nada mas rozarle con mi lengua, sentí como se estremecía, escuche como me dijo,

-Estoy deseando que te lo comas enterito, llevo mucho tiempo esperando un momento así.

Esas palabras me pusieron mas cachondo aun. Así que sin mas dilación saque mi lengua y empecé a recorrer todas las partes, parándome de vez en cuando para follarle con mi lengua. Notaba como su placer iba en aumento, me agarró de mi cabeza y me dijo.

-Ponte encima mía, estoy deseando comerme otra vez ese pollón tan rico que tienes.

Hicimos un espectacular 69 hasta corrernos de gusto, que bien sabia lo que salió de ese chocho maduro.

Sentados en el sofá exhausto, me confesó que llevaba divorciada 6 años, los mismos que llevaba sin estar con un hombre. Le dije que no se preocupara que yo me encargaría de regalarle todo el placer que llevaba esperando, puesto que me quedaría allí todo el verano.

Ya vestidos, me disponía a salir por la puerta, cuando una foto en lo alto del mueble de la entrada me dejó boquiabierto. Era la chica que ayer había visto desnuda en el lago, con la que gracias a ella me pajeé gustosamente.

 


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