Hace tanto frío en Madrid, Guillermina
Poema escrito en Madrid. 1983, o algo así. Guillermina todavía se cartea conmigo. En su última carta me adjunta una foto suya con su marido. Gallego. Calvo. Me cuenta que es militante del Partido Comunista. Eso quiere decir que sigue sin querer saber nada de mí. Aunque me escriba. 1988.
Al afeitarme me corté el labio superior
y salió toda la sangre que había en mis pesadillas.
Un camión de la basura pasó por la calle
cuando salía del hostal no sé sí buscando un pan caliente,
un café con leche, las dos cosas y un periódico,
o a lo mejor unos churros calientes,
con el pan caliente, el café con leche y un periódico.
Sentado me pregunto qué hago leyendo el YA.
¿Qué hago leyendo el YA?
Recuerdo que soy católico,
que por extraño que le resulte a Guillermina,
el joven veinteañero, melenudo y con barba
no reniega de su fe y escribe aunque los demás
enseñen el cuerpo deformado y griten consignas y amenazas.
Hace tanto frío en Madrid, o a mí me lo parece,
que le digo a Guillermina que pida más churros,
que prenda fuego a su periódico, DIARIO 16.
Se echa a llorar la buena de Guillermina.
Pero a mí el frío no me lo quita nadie.
Ni sus lágrimas, por supuesto.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales