Es una primavera tan rara
que mueren las mariposas en las manos de los poetas.
Primavera para sordos
porque el dictador ordena silenciar las olas del mar.
Primavera para ciegos
porque los amores prohibidos todos se han descubierto y ya no se persiguen.
Y las luciérnagas ya no mueren pronto,
y las montañas más altas se conquistan con números
y con la inhumana matemática
que despoja al hombre de alma
y así el hombre descubre nuevos mundos y nueva poesía.
La tarde ni siquiera tiene color, dolor, olor,
¿entiendes?
Es una primavera rara
porque el amor se escabulle
y la vida se compra
y la belleza es pasado
y las caricias un tormento
y las horas se amontonan
para que añores la muerte
y descubras que la vida hace mucho tiempo que es de otros,
de todos, menos tuya.
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