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He perdido la inocencia de aquel niño, que de muy chico quería ser adulto.
He perdido abrazos y costumbres, como nunca nadie en el mundo.
He perdido lagrimas en vano, llantos, risas, y hasta mi misma compañía.
He perdido una despedida, una última palabra, una felicidad concreta desmedida.
He perdido la calma, cordura y paciencia.
He perdido todo acto de benevolencia.
He perdido mis ganas de esperar.
He perdido mis ganas de volar.
He perdido una caricia.
He perdido una sonrisa.
He perdido expectativas en esta hermosa y trágica vida.
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