El perrito y el gato. (Fábula)
Por Jaimeo
Enviado el 06/09/2016, clasificado en Infantiles / Juveniles
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El perrito y el gato. (Otro gato, otra casa). (Fábula). 3.-
Categoría(s): Fábula.
Cuando Micifuz vio por primera vez al cachorro que llevaban sus amos en una caja de zapatos, entró en un ataque de celos y odió desde entonces al inocente animal.
_ ¿Por qué traen a este asqueroso y sucio perro a MI casa? _ se quejaba el minino.
En cuanto estuvieron solos las emprendió contra Cachupín, nombre que le dieron al simpático perrito y se las cantó claramente.
_Escucha, advenedizo, aquí no hay lugar para ti _ el cachorrito lo miraba sin comprender tal ataque.
Pasaron los meses el pequeñín se transformó en un enorme can, siempre sojuzgado por el gato, que le provocaba miedo desde chico con sus arañazos.
Pero, como todo tiene su fin, un día le colmó su paciencia cuando, como siempre, pasó corriendo por su lado y lanzó otro rasguño a sus patas, pues ya no alcanzaba su nariz, y tiró la cubeta con su comida.
Con un manotazo lo volteó por sorpresa, puso la pata en el cuello al asustado felino que trataba inútilmente de zafarse del poderoso mastín.
_Hasta aquí te llegó, gato malo _ le dijo con feroz ladrido.
_No me mates, por favor perrito _suplicaba el abusivo y cobarde. –Sólo soy un pobre gatito y tú eres grande y fuerte.
_Entonces ¿Por qué te aprovechaste de mi debilidad y me maltrataste siempre que podías?
_Pensé que era natural que yo, siendo la más antigua mascota en esta casa, tengo derecho sobre ti _respiraba apenas Micifuz. _Por lo demás tú permitías que yo te diera zarpazos, por lo que creí te gustaba.
El perro se sintió confundido; el abusivo tenía razón, por lo menos en parte, meditaba. Justo, cuando era pequeño llegó a ocupar el puesto de mascota junto al gato, pero esto no le daba derecho a lastimarlo. Pero, la parte mala, siguió pensando, fue dejarme dominar por este animalejo engreído y celoso, siendo yo tan fuerte.
Hechas estas reflexiones, soltó al felino.
_Eso era antes y debí detener tus abusos cuando crecí. Ahora soy yo quien manda entre las mascotas de la casa, ¿Quedó claro?
El gato, que no era estúpido, humillado se alejó de las poderosas mandíbulas del que un día cachorro fue.
Moraleja.
A gato celoso y atropellador
Perro fuerte y mordedor.
Que no abusen nunca contigo
Ni aceptes maltrato
Sea amigo o enemigo
Menos de un infeliz gato.
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