LOCURA INDUCIDA
Por Adelina Gimeno Navarro
Enviado el 13/09/2016, clasificado en Intriga / suspense
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Consecuencia del mal tiempo la noche se mostraba cerrada, tan solo un halo de luz se proyectaba a través de las nubes y era lo que le permitía a Irene transitar por la carretera, aprovechando aquella tenue luz de la Luna, decidió acelerar un poco más su vehículo, con aquella velocidad no llegaría nunca, se dijo, con tan mala suerte que choco con algo, un animal campestre se decía, que era, pero desde allí dentro nunca lo averiguaría, así que se decidió a salir, pensando que en casa sentada en el sofá criticaría la decisión de salir del coche a quien lo hiciese si fuese que estuviese viendo una película de terror. No tenia miedo, pero respeto todo el del mundo, no podría de otro modo pedir socorro, la carretera estaba solitaria, la gente que vivía por allí había escuchado hablar que en las noches de tormenta desaparecían personas que luego encontraban asesinadas, mutiladas o vivas pero enloquecidas por el pánico. Olvidaría todas aquellas historias fantasmagóricas y seria su propia auxiliadora. Abrió despacio la puerta y puso un pie en el pavimento mojado, el olor a tierra mojada era lo único agradable, pues vio que efectivamente el golpe dado había sido a un conejo que destripado se encontraba debajo de la rueda. La caprichosa tormenta decidió descargar toda la fluvial lluvia que las nubes llevaban en su interior, por lo que se oscureció por completo y tubo que permanecer dentro por un buen rato. Para nada tenia aspecto de amainar, fuera no se veía nada y ningún otro vehículo pasaba, el móvil no funcionaba, la radio tampoco y comenzó a entrarle miedo, cerro los seguros de las puertas y se quedo quieta. No recuerda si se durmió pero al girar la cabeza hacia la ventanilla vio un rostro pegado en ella. Del sobresalto comenzó a tener dificultades para respirar, la vista se le nublo y asustada abrió la puerta. Escuchaba voces femeninas que le decían que no se preocupase, que se relajase y que no tuviese miedo que ellas la ayudarían, en aquel momento Irene sin controlar su ataque de ansiedad se desmayo. Nadie a sabido nunca la verdad de lo que ocurrió aquella noche, ya que como la leyenda contaba Irene se encuentra ahora en un manicomio, cuando la encontraron estaba en un motel cercano al lugar donde ocurrieron los hechos, ella cuando le preguntan siempre cuenta la misma versión, la misma que presa del pánico contó a la policía.
Me desperté en la cama, ya podía respirar, a mi lado sentado en una silla frente a mi se encontraba un hombre vestido de blanco, bueno no se, ya que veía borroso en ese momento, mejor diré que era transparente, su esqueleto se veía a través de su piel y no tenia órganos interiores, solo aquella capa translucida que lo envolvía, no parecía humano o mejor dicho no estaba vivo, solo sus ojos eran reales, me miraba con ellos como dándome las gracias por algo, me levante y fui al baño, continuaba viendo con dificultad y mi parpadeo era continuado, sintiendo la necesidad de lavarme la cara para poder ver, cuando me mire al espejo…
En esos puntos suspensivos donde se detiene la declaración de Irene, es donde los médicos al escucharla diagnosticaron su demencia, nadie podía creer lo que decía pero ella continuaba una y otra vez con aquella versión terrorífica de lo que aconteció aquella noche...
Vi que mis ojos estaban completamente blancos, regrese y lo mire fijamente a mis ojos, pues eran los míos …
©Adelina GN
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