ROBAR UNA GOTA DE SUEÑO AL DESTINO

Cada vez que sonríes me dan ganas de escribir,  cada vez que veo tu cutis alumbrado por lo gris se reconfortan mis horas. El sonoro timbre de tu voz que amilana el paisaje mustio ahuyenta los ruidos.

El pérfido cielo gris que rodea a San Bernardo es una manera de entender nuestra melancolía, y en mí es saber que la ternura que pude dar se extravió en el misterioso tiempo de lo potencial, como a tantas que he amado y me rechazaron, a vos también te sucederá el amor y nuevamente yo no estaré allí.

Caminaras alegre por la plaza, lloraras al oír esa canción que habla de nubes sombrías y yo me perderé de conocerte como mujer.

Sabes (se que no me oyes) pero a veces quisiera robarle una gota de sueño al destino, una de esas que se filtran de tus fantasías, de las ilusiones que conforman tu perfecta sonrisa.