Una experiencia unica III

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“Mierda… ¿cómo pude?”
Mientras estoy corriendo a orillas del mar con los audífonos puestos, mi sudor se lleva la espantosa resaca con la que amanecí, la cruda que tengo no solo es física, si no, más bien moral. Los recuerdos llegan a mi cabeza bombardeándome con gemidos y piel desnuda, flashazos de pezones y de penetraciones anales me sacuden las ideas.
Tomo aire recargado en la entrada del hotel y al cerrar los ojos aparece la imagen de Areli, la hija de mi jefe, su princesa, a la que cuida más que a sus propios ojos, a la que me confió para que viniera a Cancún a la boda de su primo.
Areli recién cumplió los 18 años, es una chica que estudia el último semestre de la preparatoria en un colegio de monjas, tiene la belleza de una princesa de cuentos y el cuerpo de una modelo asiática de lencería. Su piel clara y ojos grandes son encantadores, pero su padre la cuida con estricto rigor, es su única hija y me la confió para yo destrozarla en una cama a la primera oportunidad.
Subo al último piso del hotel y me dirijo inconcientemente a su habitación dispuesto a ducharme. Entonces la veo ahí, saliendo de la ducha, apenas secándose el cabello con el cuerpo desnudo, sin hacer ruido, se cubre con otra toalla haciendo un pequeño nudo entre sus firmes y grandes senos.
No sé si quiero salirme de la habitación o quiero ir a despojarla de las toallas que la cubren y hacerla mía nuevamente, solo la he visto unos segundos y mi erección ya me está pidiendo acercarme a su cuerpo, ella escucha tal vez mis jadeos ahogados y voltea sorprendida pero al resolver que soy yo una sonrisa se dibuja en su rostro, me manda un beso al aire y camina hacia la cama levantando su teléfono de entre las sabanas.
- Buenos días cariño… pensaba que te habías decepcionado de mi, pensaba que no te habías divertido conmigo-
Yo, incrédulo de su actitud, sonrió y camino hacia la ducha, me quito los zapatos de correr y me quito la playera, “¡¿Qué demonios?!”  veo que en mi pecho hay marcas de dientes, chupetones y arañazos. No había caído en cuenta del como amanecí, me levanté adormilado. Al voltear la mirada, Areli se descubre un poco dejando sus senos a la vista y con lujuria y una sonrisa descarada me muestra también sus marcas.
- Ven… mira lo que me está mandando Lilia- Me acerco con solo el bóxer puesto y me siento junto a ella en la cama, en su teléfono están fotos de nosotros desnudos teniendo sexo, aparece en una montándome con la mirada perdida y mis manos están apretando sus senos, desliza el dedo y esta ella debajo de mí y yo penetrándola de misionero mientras mi boca chupa sus pechos y sus piernas me abrazan la espalda, otra foto y ella esta de rodillas devorando mi verga con su boca mientras que también se observa una mano que es por supuesto de quien tomo la foto, una más y Areli está en posición de perrito y mi pene esta apenas entrando en su pequeño orificio anal.
*La pasamos de maravilla amiga* Un mensaje después de esa foto.
Mi pena se empieza a disipar y el calor me está invadiendo, mi erección cobra fuerzas y ella la toca con suavidad, mi cuerpo se electrifica con los roces de sus manos delicadas, mi piel se tensa cuando en el teléfono aparece una nueva foto conmigo tirado boca arriba y la cara de Lilia y de Areli masturbándome y besándome el pene que está muy erecto entre sus manos.
* Y mira… David es un buen fotógrafo*
Una foto de ellas puestas en cuatro, desnudas y con las nalgas expuestas, ambas miran hacia la cámara y Areli esta chupando los dedos medio y anular de su amiga.


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