"no te dejes engañar por tu mente"

Después de comerme un plato de potaje, me siento bien, ha salido el sol, en mi mente, siento el crepúsculo lento pasar, la trompeta sonar, la chispa arder, y el árbol crecer. Todo está claro en mi mente cegata, incluso veo desde el campo, el mar en calma. ¿Producto de la imaginación? No lo sé, pero también veo una silueta de mujer tendiendo la ropa en la azotea del pueblo colindante.

De color azul es la llave de la intuición y más oscuro es el color de la razón. Necesito un beso igual de importante que un amanecer, no te diría nada si, me abrazaras o me tapara con una manta. Me pregunto dónde viven los nervios. La sangre roja, el dulce azucarado, el pescado salado. No dejare que me case contigo y menos que me gobiernes. Borracho consentimiento, debajo de un álamo de hojas caídas, que produce nostalgia en el pensamiento, pensando que la mentira es, un fallo crónico y la credibilidad una palabra mal empleada.

Me gustas tanto, como esnifar el aire que llega del mar o caminar por el campo escuchando el cante de los pájaros en libertad. Moldeando mis anormales ideas, leyendo entre líneas, me digo a mí, mismo “NO TE DEJES ENGAÑAR POR TU MENTE”.