Denunciar relato
En el silencio de la noche me doy de bruces con la calma. Nos gusta sentarnos uno frente al otro y fingir que no nos conocemos, como esas parejas que ya no encuentran la excitación tan a mano como quisieran. Otra historia de juegos de seducción que acaba en noche loca. Al amanecer, sin mediar palabra y entre miradas esquivas, desaparece sin dignarse siquiera a dejar su aroma en mis sábanas.
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