MI ESPECIAL CUADERNO DE NOTAS 1ª p - Auto ayuda

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“MI ESPECIAL CUADERNO DE NOTAS”

Sera un día en la vida de cualquier mujer u hombre, niño o niña, adulto o adolescente, acompañaremos a cada cual en este escrito en el que
describiremos un especial método para anotar cada una de las experiencias que se puedan describir, con utensilios cotidianos que sirven para eso, para escribir, pero de una forma especial ya que el lápiz sera nuestro corazón y el pequeño cuaderno de notas, aquel que hace referencia al titulo de dicho relato no sera otro que nuestro cerebro, la masa gris, la que dividiremos en dos partes como si de una balanza se tratase, para que de este modo, sopesar en ella las mas satisfactorias o dolientes situaciones, que nos pueden hacer sentirnos felices como menos afortunados en la vida.

Cualquier nombre daría identidad a nuestra protagonista, pero la llamaban María, tan solo así la nombraremos, se sentía vacía, no la arroparan apellidos algunos, llena de facetas artísticas vivía en aquel pueblo costero que manifestaba una primavera perpetua incluida hasta en el mas frió invierno.
Su afición por la pintura la conducía cada mañana de su ya largo periodo de desempleo a la playa cercana a su apartamento, desde donde veía como las olas se acercaban y se alejaban en la mas perfecta armonía, la que su vida no tenia.
Amaba sin ser correspondida, alejada de su ciudad natal por engaño, residía allí, donde alguien un día le ofreció un puesto como secretaria, el cual al llegar descubrió que era una vil mentira, escondida de todo solo era visitada cuando el trabajo de los demás, y que aun conservaban se lo permitían.
Solo lo que aquel día plasmaría en un lienzo la haría reflexionar de todo lo ocurrido y de lo que le ocurría en adelante.
Sonó el teléfono, era su madre que la avisaba de que ese fin de semana tendría visita, volvería en esos días a reencontrarse con su novio, era un hecho que ella no tenia del todo claro, por motivos muy concretos habían dejado su relación aparcada y retomarla así de pronto no le causaba ninguna satisfacción.
Aquel hombre que perfectamente podía haber sido una mujer le proporcionaba mucha palabrería pero ningún hecho, basaba su relación en conversaciones telefónicas desde que ella tubo que ausentarse de su situación cotidiana en aquella otra ciudad ahora ya tan distante para ella.
Una mochila a sus espaldas y aquel lienzo aun blanco junto a su caballete debajo del brazo era su único equipaje para aquel aun sin saberlo descubridor viaje.
Se me olvidaba algo para comer ….
reía María mientras tomaba unas cuantas rebanadas de pan de molde y una lata de paté de la cocina, introduciendo su manjar preferido en una bolsa, lo unió a su espalda colgado del hombro, junto a la mochila con los pinceles y las pinturas, aquel otro alimento que le provocaba la más satisfactoria digestión después de devorar los paisajes que pintaba durante el día.

Aún sabiendo su destino, aquel día prefirió pasear despacio desviando su camino apropósito para relajarse con el paisaje, miraba al horizonte, lo veía tan lejano a la vez que tan cercano que comenzó a plantearse en sus pensamientos el alcanzarlo alguna vez ….
- ¿Podre algún día? Se preguntaba a ella misma ….
Tengo que ser fuerte ….
- No tengo que flaquear en mis propósitos ….
Hay quien ve el vaso medio vació y hay quien lo ve medio lleno …. continuaba diciéndose, colocando sus pensamientos en un orden mas positivo, se dijo ….
Yo, me lo beberé entero ….
Paro sus pasos de golpe y allí mismo monto su escenario, sobre la arena fina de la playa escogida por su belleza artística extendió una esterilla donde posaría sus rodillas, coloco la tela blanca sobre lo que la haría estar todo el tiempo sostenida y abrió su mochila, extendiendo debajo y a un lado de ella misma sus armas de dibujar, pinceles y varios tubos de pintura todos ellos de diferentes colores, aunque aquel panorama solo precisase de todos celestes.
Cuando María comenzaba con el carboncillo a trazar las primeras lineas de lo que seria su nuevo horizonte, sonó de nuevo su teléfono móvil ….
¡Hola! Era el saludo que recibía al descolgar …
Llegare el Viernes, le decía la voz a la que ella ya estaba acostumbrándose a olvidar ….
Como siempre y sin poder responder en forma contraria, María aceptaba la propuesta cita que su novio le hacia para aquel día, con una despedida mas que cordial y con palabras embaucadoras la hacia despedirse una vez mas aceptando y sin dejarla decidir de un plan para aquel fin de semana.
Sus manos temblorosas descubrían su cobardía cuando guardaba el teléfono, su cerebro volvió hacerse eco de aquella reflexión que solo hacia unos minutos se había hecho …. “Yo, me lo beberé entero” no podía ni debía mentirse a ella misma tal vez las palabras de él la engañaban pero con aquella actitud sumisa, ella se engañaba a si misma haciéndose un daño irreparable si no cambiaba y actuaba con mas valentía.

Adelina GN


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