Soy un cirujano de renombre. He ayudado a mucha gente a superar sus traumas.
Le debo a mi hermano su estrecha colaboración. Mantiene y me trae lo que necesito en cada momento. Sabe lo que hace.
Ésta mañana han venido tres antiguos pacientes a verme a mi consulta. Después de la desaparición de mi mujer y mis hijos me han arropado con su compañía y gratitud.
Al primero le corregí toda su boca. Por fin podrá comer y hablar de forma racional.
El segundo ya no volverá a tener que pedir ayuda para cruzar la calle. Dos ligeros retoques en su rostro fueron suficientes.
El tercero recuperó el tacto tras una minuciosa operación.
Les ahorré mucho dinero y solucioné sus problemas.
Supongo que el material que utilizo no es muy sofisticado, pero sin duda es el más eficaz y marca mi identidad.
Tengo mucho trabajo que hacer. Voy a pedirles que me dejen solo.
Una clienta necesita un lifting pero voy a aplicarle algo mejor. Es perfecto para las arrugas.
A mi hermano se le ocurrió anoche. Me queda muy poco por aprovechar de mi esposa.
Es hora de usar la suave y tersa piel de los niños.
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