Relaciones sexuales via mensajes.

- Hola, ¿Cómo se lleva eso de ser dueño y señor de la casa?.

- ¡Hombre!, ¡si es la mujer que me quita el sueño!. ¿Qué haces despierta?, son las dos de la mañana.

Si, todos han marchado esta tarde, quedándome ¡¡solito!!. Me he preparado la cena, tomando un vinito Ramón Bilbao de compañía.

- ¡¡Uuummmm!!, ¡¡Me gusta ese vino tanto como tú!!.

- Como me gusta tu juego, eres peligrosa.

- ¡Siiii!, lo sé, se como te atráigo aunque esté a miles de kilómetros.

¿Sabes que aunque estés lejos mis piernas tiemblan en este momento?

- A mi también me tiembla algo en este momento.

- No me lo digas, deja que adivine, ¿te tiemblan las manos?, ¿estás nervioso?. No me digas que a estas alturas te pongo nervioso.

- Preciosa, tu siempre a mi me pones y lo sabes...

- ¡¡Siii!!... se que te gustaría mojar pan conmigo.

- No sabes cuanto deseo eso.

¿Quieres saber lo que estaba pensando en el  momento en que sentí tu mensaje?.

- No se, ¿va referente a mi?

- Jajajaja, más que a ti a tu boca. Sueño con tu boca a diario, me gusta tus labios carnosos y sensuales cuando son rozados levemente por tu lengua, casi imperceptible para los demás, pero que a mí me vuelven loco.

- Esto se está poniendo fuera de tono. ¿Quieres saber por qué me atreví a mandar un mensaje a estas horas?.

- Pues si, dime.

- Hoy he visto un camión grande, y me he preguntado ¿cuanto caballaje tendría?, con esa pregunta has venido tú a mi cabeza, ¿Cuánto caballaje tendrá Paolo?. Como nunca te he probado, es una duda que tengo.

- Maravillada y exhausta, así te quedarías después de averiguar y probarme. Y...tú, ¿cómo sería probarte?.

- ¡¡Ummmmm!!. Te explico, sería como comerte una crujiente pera verde, la muerdes y cuando clavas tus dientes en ella, cruje de placer, se te llena tu boca de sus jugos, desbordándose por tu barbilla.

- ¡¡ Joderrr!!, como me estás poniendo. ¡¡Mis sabanas parecen una tienda de campaña!!. Cada letra tuya se transforman en sonidos a mis oídos, sonidos cargados de alto índice erótico y sensual. Mis músculos están contraídos, y mis pezones tiesos, con la mano izquierda estoy apretando y retorciendo, me estoy imaginando que estas aquí a mi lado y me los estas lamiendo....¡¡Uuummmmm!!, que rico preciosa.

- Pues yo con los dedos de mis mano izquierda, juego con los pelitos de mi monte de venus.

- ¡¡¿No te depilas?!!

- Pues claro, me dejo un triangulo chiquitín, lo demás está completamente depilado.

Estoy un poco mojada, con tu permiso voy a introducir un dedo en mi vagina.

- Sácalo y mételo en tu boca, dime a que sabe.

- Es viscoso, caliente y sabroso, ¡¡Uuummmm!!, voy a repetir, ¡¡que rico, aahhss!!.

Roza tu cuerpo, poco a poco y expresa lo que sientes.

- Estoy tocando mis hombros, son fuertes musculosos, igual mi espalda ancha. Paso por mis pechos fornidos, dando un par de vueltas a mis erectos pezones, bajo a mi abdomen plano y duro, ¡¡uummm!!. Ahora viene lo mejor, mis testículos prietos, bien depilados, ya que me gusta que jueguen con ellos y así gusta más. Mi pene, ya estoy tocándolo, está fiero, grande, hacia tiempo que no lo tenía así de animal, unos dieciocho centímetros, lo acaricio, lento, arriba, abajo, otra vez, arriba abajo, me pongo saliva en la mano, vuelvo a mi pene, ¡uummm!, cuanto deseo que estés aquí preciosa, ¡uummm!.

Introduce un par de dedos en tu vagina, da pequeños círculos en ella. 

¿Tienes un consolador?.

- Si, espera un momento.

Ya. 

- Mételo en tu boca, humedece con tu saliva y directamente mete y saca de tu vagina.

Déjalo dentro, y juega con tu clítoris, lento, dando pequeños toques, azótalo con tus dedos.

- ¡¡¡Guagggg, Paolooo!!!, ¡¡¡Me estoy corriendo!!!.

- ¡¡Pues dale mas fuerte!!.

- Y tú, dale también, preciosa.

¡¡¡¡AHHHHH, UUMMMM, GUAGGGG, AHHHHFFFSS.

- Estuvo magníficamente bien, ¿repetimos mañana Paolo?.

- Mañana y toda la semana, hasta que llegue mi mujer.

- Hasta mañana, mi amor.

-Chao.