dialogo con uno mismo

“Que me importa a mí, dormir junto a la alcantarilla si duermo con la luna”. Dijo El, solo El, quien ingiriera las raíces del alcohol para su beneficio. El señorito presume con brillantinas en las mejillas y cree que viaja sin motor “que bestia el tío”. Lengua, anda ve y dile que he visto brillar la luna a medio día y que estoy hecho un morralla. Él era El, solo El, quien podía ser, sino El.

Por la calle abajo va la niña de pelo largo que conmueve uno de mis órganos vitales. Me duele hasta la cal de mis huesos, tiritando, perdido en la sombra de mi casa, se me para la sangre y disminuye el oxígeno en el alma, enrollado en la sabana con la almohada empapada en sudor y el corazón moreno de dolor.

No te engañes, reconoce, obedece, respeta a tu persona. Persona de pelo largo alto, desvela sus sentidos, pasó a paso, deja marcado el asfalto. Tu persona me gusta tanto como un chocolate con almendra.

Viviendo el existencialismo aferrado al olor de un pañuelo perfumado para no olvidar, imaginando que tus ojos me miran y tus manos me acarician. Estrella de mil colores que cambia la monotonía. Bailando como se siente, sintiendo la brisa de las marismas, contestando al compás de los sentimientos de las herbáceas.

Gracias por regalar tus andares a los viandantes. Tu bandera las sabanas de tu cama, mis banderas la ignorancia y el analfabetismo convencido, que no puedes borrar tu pasado. Alojado en un bloque de diez unidades, tengo una, solo una vecina que no para de limpiar, con una sonrisa artificial y, un mudo menosprecio. Ira, rabia, furor, genio, todo se despeja cuando te veo caminar, haces magia con el movimiento de tus inalcanzables piernas. Piernas que excava más y más hasta conseguir que mi persona escupa toda mi riqueza.

Aislado en mi isla, Viajo por, la calle abajo en busca de aquella típica puerta chica, que calma la garganta y me lleva a la alcantarilla. Democracia participativa, es una democracia ideológica, democracia natural e individual, es democracia clara como en alta mar.