CORTOS RELATOS DE MI VIDA: EL BUEN VECINO parte 2. (continuación)

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(CONTINUACIÓN)

El viejo subió conmigo al cuarto donde estaba mi bebé en la cuna, me pidió una silla no sin antes decirme lo lindo que era mi bebe, no vi malicia en el tipo y baje a traer la silla al comedor, le dije a Migue que pusiera la cafetera y que preparara el café para darle al vecino, subí las gradas con la silla y entre al cuarto de mi bebé, el vejete  se subió en la silla, coloco el juguete en el cielo del cuarto y yo tome al bebé de la cuna, al principio no me paso por la mente lo que iba a pasar, cuando el viejo termino de poner el juguete le dio cuerda y lo hizo funcionar, yo dije: qué bonito, el viejo bajo de la silla y dijo bien ya vio no me tarde nada, entonces le di las gracias y le dije: ahora bajemos a la cocina a tomar una taza de café solo voy a poner al bebe en la cuna, y cuando me di la vuelta el viejo asqueroso metió sus puercas manos debajo de mi vestido y me bajo la ropa interior, yo por no votar al bebe me quedé parada, mientras el viejo con una mano me tenía agarrada por la cintura con la otra se bajó el cierre del pantalón y saco su gigantesco pedazo de carne y como pudo me lo ensarto entre mis nalgas, yo no podía hacer mucho, tenía cargado a mi bebé y mi calzoncito hasta el suelo no me dejaba caminar, a todo esto el viejo asqueroso me tenía agarrada por detrás con las dos manos, metiendo y sacando aquella pija enorme de entre mis nalgas, como pude llegué a la cuna y agachándome un poco deje a mi niño en la cuna, entonces pensé en voltearme y golpearlo, pero no pude, su pija bien caliente entrando por mi vagina me topaba por dentro, me hacía venirme una y otra vez, nunca me habían hecho llegar al clímax tantas veces, sentía tanto furor en mi concha, estaba tan excitada que no me quedo más que aferrarme a la cuna, paré más la cola para que el viejo desgraciado me siguiera metiendo su polla por detrás, el viejo me zarandeaba de un lado al otro, me agarraba el pelo por detrás y empezó a desabotonarme la blusa, me quito el sujetador y mis tetas quedaron en el aire, meciéndose de un lado al otro, tomo mis pechos y los empezó a apretar, los masajeaba y después los apretaba fuerte, mi leche empezó a caer al suelo hasta hacer un charco, no podía quitar las manos de la cuna, para colmo el bebé empezó a llorar así que me agache más y le empecé a cantar acariciándole, no lo podía creer, por un lado parecía  una madre cariñosa y tierna y por el otro una zorra asquerosa, cual de la dos era en realidad, el viejo siguió cogiéndome con más fuerza, no me soltaba de los pechos y me los apretaba tan duro que salía la leche por montones, mis senos eran como unas pequeñas fuentes sacando leche a mas no poder, eso excitaba más al viejo que cada vez se dejaba ir con más fuerza dentro mi coño, yo solo alcazaba a decir: ya no, ya no más, por favor, puede venir mi hijo, pare, pare, no, nooo, ya no, aunque después todo eso se convirtió en: si, si, si, así, me gusta, que rico, rico, rico, más duro, más duro, ay, ay, uhh, uhh, si, mas, rico, de pronto el viejo saco su gran trozo de mi coño, me tomo de los hombros y me puso de rodillas y metió su polla en mi boca, empecé a succionarla con fuerza y el viejo ponía unas caras chistosas como si le fuera a dar un ataque, lo sujete por las nalgas  y con su polla metida en mi boca succione y succione y succione hasta que el vejete no pudo más y dijo, ya, ya, ya, arghhhh, yo sentía como de mi boca corrían los hilos de semen por las orillas, tenía la boca llena de la leche de ese viejo asqueroso, y como me paso antes, el sabor de aquello me gustó, era tan delicioso, tibio, parecía leche condensada solo que saladita, me lo empecé a tragar poco a poco hasta que ya no me quedo nada en la boca, el viejo casi se desmaya, se sentó en el suelo y se compuso el pantalón, nos paramos, me limpié con una toalla y sin lavarme la boca me acerque a aquel viejo y lo besé, metiéndole mi lengua dentro de su boca, el viejo se quedó helado pero respondió de la misma forma, nos quedamos besándonos como dos novios adolecentes, al rato los dos bajamos a la cocina,  le serví café como si nada hubiese pasado, el hombre tomo su café y se largó, después le pregunte a Migue: quieres algo de comer?, Y me contestó no mamá gracias, bien le dije, entonces me voy a bañar y luego a dormir, estoy muy agotada fue un día muy duro, claro me dijo y me vio de una forma extraña como si dijera por dentro: claro que  fue duro, sobre todo para tu panocha y tu culito pedazo de zorra.

(CONTINUARÁ)….


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