Hasta siempre, amor 2.
Por Perita Verde
Enviado el 25/10/2016, clasificado en Amor / Románticos
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Ese beso, significaba el principio y el fin, había sido tan esperado, que sus cuerpos aplaudían mecidos de placer.
Samuel se separa como puede, jadeante, observando cómo Laura se queda con los ojos cerrados y esperando más, extasiada.
-Laura, ¿has sentido lo mismo que yo?, es una fuerza que nos atrae.
Laura miró a su alrededor, era como si su cuerpo hubiera sido abandonado a su suerte y hubiera vuelto otra vez. Se soltó de las manos de su captor, posó la vajilla encima de la mesa y sin decir nada abandonó la casa.
Caminó durante una horas, pensando cómo había sido tan tonta de haber ido a la cocina. Había sido tan bonito, había recibido mil descargas en su corazón, impactando su alma, su ser. Y ahora, después de recibir ese beso quería más, necesitaba más.
Sonó el teléfono, miró la pantalla y vio que era Elena -si, dime. Perdóname Elena, pide perdón a tu familia de mi parte.
-No seas tonta, Laura, tus razones tendrías para irte así, sabes que yo nunca te juzgo. ¿Te has olvidado que teníamos marcha hoy?.
-No estoy para juergas, vete tranquila, mañana hablamos.
-Llegaré entrada la mañana, así que duerme tranquila.
-Ok, hasta mañana.
Llegó al apartamento de Elena y no encendió la luz. La luna entraba por la ventana dejando toda la estancia iluminada con una suave luz tenue que emanaba. Seguía sumergida en su mundo, no percatandose que había alguien en la estancia. Una voz la sacó de sus ensoñaciones -Elena me dejó su llave, pero si tú quieres me voy.
Lo miró, es lo que había querido toda su vida, tenerlo solo para ella. Se fue hacia él, mirando fijamente sus ojos, esos ojos que tantas veces la hacían soñar. Con sus manos acarició su barbilla, su nariz, sus labios, era tan suave. Fue poco a poco desnudandolo y saboreando cada pedazo de piel, quería saciarse, impregnarse de él.
La luna fue testigo de aquellos amantes, que hacían el amor sabiendo que no había un mañana.
Llegó el momento de la despedida, ella no quiere, no quiere que él la mire más, evita encontrarse con sus ojos. Habla con todos, se despide de todos, a él lo ignora. Nadie tiene que notar lo que siente. Samuel la visualiza, pasa delante de ella, se para segundos, los cuales son eternos, sus ojos se vuelven a encontrar, dolor, sufrimiento, llanto silencioso, lo dicen todo y no mueven sus labios,CHILLAN, GRITAN, SE DESESPERAN...hasta siempre, amor.
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