Le daba lastima mirarse al espejo, ver su pelo blanquecino la entristecía, consultó con sus hijos, sí mamá podía oscurecer de negro aquello que la hacía parecer mayor, su deseo estaba concedido y quedó en el centro de estética para subsanar el paso de los años. Al volver a casa todo fueron burlas, su pelo no hacía juego con el resto de su cuerpo, el resultado parecía un disfraz, tendría que esperar varios meses para volver a tener su cabello acorde a su edad con aquel blanco añil merecido. Pero su subconsciente la ayudaría aquella noche, Clara era sonámbula se levantaba dormida a pasear por la casa, esa noche fue directa a la cocina, por lo que al día siguiente sus hijos no encontraron la harina para hacerse las tortas con miel.
©Adelina GN
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