D iariamente te veía pasar para la universidad en la mañana,
O tras veces en la tarde con Rubén Darío en el parque de
L a ciudad mitrada como se le conoce a Pamplona; hasta que
L a fortuna y el destino estuvieron de mi parte años más tarde
Y apareciste una tarde nuevamente, ahora en Puerto Wilches.
C on la paciencia que me caracteriza logré conquistarte; desde
E ntonces vivimos una linda y diferente historia de amor,
C olmada de situaciones y momentos singulares que jamás,
I maginé vivir, pues eres de lejos un extraordinario ser y solo
L as virtudes y cualidades te enmarcaron siempre, por ello
I maginarte mejor es imposible y siempre estarás en mí
A ltar privado de personas que adoraré por siempre.
R ecorrimos juntos y a nuestra manera caminos opuestos que
U n día se unirán en el infinito eterno desde donde vinimos e
I niciaremos nuestra verdadera historia de amor y gloria, y
Z urciremos juntos lo que nos faltó tejer en esta vida terrenal.
M erecidamente estás pensionada, realizada como excelente y
A bnegada madre, rodeada de seres muy especiales y la
R azón para ello es el pago de la vida al servicio prestado sin
I nterés que por más de treinta años diste educando a
N iños y niñas de toda condición, en colegios de la región.
Carcacol 2016
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