LA JERARQUÍA DE LAS ONDAS OMEGA-V ---(2ª parte)

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***Personalmente, no soy muy partidario de escribir “segundas y terceras partes” , pero escribo aquí, seguidamente, dos continuaciones más de este relato ficticio; del cual tenéis la primera parte en la sección “ciencia-ficción” o en mi propia sección en esta web, para el que esté interesado...

LA JERARQUÍA DE LAS ONDAS OMEGA-V (2ª parte)

 El presunto telépata terrorista Eugeny Bonkov cruzó, muy lentamente, la calle.

 El tráfico de Barcelona estaba colapsado y más después del desastre circulatorio que se había organizado dos minutos antes en toda la Ciudad Condal.

El ruso concentró su mente y visionó diversos puntos de la geografía de la Tierra: era hora de la aplicación , en varias ciudades del mundo, del mismo plan de conexión extrasensorial que había ejecutado junto con Abbie Stappleton y la otra misteriosa mujer.

 Precisamente, esa segunda mujer era la dominante mentalista japonesa Hitomi Nakafune y tenía completamente a sus expensas psíquicas al “intermediario” Bonkov, igual que tuvo controlada a Abbie; a través del propio Eugeny.

 Esta vez la fémina oriental no pensaba cometer fallos y miró a lo lejos a Bonkov que estaba a 50 metros de ella, para controlarle también visualmente como complemento al manejo mental. Hitomi ejecutaría el planteamiento previsto y tenía 15 segundos para hacer que su señal cerebral de Ondas Omega-V se desvaneciera por completo antes que la brigada ni siquiera la descubriera un instante; como sucedió antes.

 A la gélida nipona le traía sin cuidado si los agentes liquidaban a su escudo-señuelo Bonkov, de la misma manera que la propia oriental, mega-experta en telestesia, ni se inmutó cuando, por su culpa, mataron a Abbie Stappleton.

 Entonces Hitomi, transmitió su potente ola de entrelazamiento cuántico dentro de la “marioneta” Bonkov y éste se dispuso a “repartirla” entre los conductores de vehículos de Moscú, Washington,Madrid, Tokyo, Sao Paulo y Pekín, entre otras. Serían unos 300 conductores afectados en cada capital. Sin embargo, todo cambió en un suspiro:

 -¡¡¡Ahora!!, ¡¡no dudéis, ADELANTE, chicos!!! -ordenó la perspicaz Segolene Baticheraux, muy preocupada de “sorprender, cazar y destruir” a todos los oponentes fugitivos.

 Eugeny Bonkov, con su brutal señal Omega-V a punto de salir hacia los fijados puntos del Globo, cayó al suelo fulminado antes de poder ejecutar su cometido. Segundos después pasó lo mismo con Hitomi Nakafune. Ambos estaban muertos y con el cerebro completamente quemado al 100% debido al descomunal ataque coordinado que 12 agentes “mentalistas” internacionales habían llevado a cabo. Pero ¿como podían haberles descubierto?

 Gracias a Segolene, otro agente principal llamado Joao Santosaes y los demás, estaban al corriente de que la última confesión, sin el pensamiento manipulado, de Abbie Stappleton, había sido dar el nombre de su jefa, la señora Hitomi Nakafune.

 La misma Hitomi tenía antecedentes de operaciones anteriores más pequeñas del mismo tipo y tenían “fichada” su tipo de señal Omega-V en el departamento, con lo que fue más fácil y veloz descubrirla justo antes de actuar. Además, la coral señal abrasiva y destructora mandada por la policía hacia Bonkov , también tenía un preparado, intencionado y rastreador “efecto rebote” en contra de la propia Hitomi. Fue como cuando haces una carambola al billar: Segolene y los suyos ya habían medido, mentalmente, la dirección adecuada para “meter las dos bolas en el agujero”.

 Los tres cadaveres de Abbie, Eugeny e Hitomi separados por 100 metros de distancia, yacían tumbados, en la calzada de las calles de Barcelona. Los agentes acordonaron la zona hasta que el trío de criminales fuesen retirados por la ambulancia.

 - Gracias por los avisos, Seg, pero ¿No se pudo hacer nada por Bonkov o Stappleton? - preguntó el agente brasileño Joao Santosaes a la brillante Segolene, que solo llevaba 4 meses en la brigada pero había ascendido rápidamente.

 -No,no, imposible, ambos pertenecían del comando de las Ondas O-V y además los dos ya estaban sentenciados por Hitomi. sin saberlo. Creían ambos que trabajarían conjuntamente los tres en los mismo atentados pero Nakafune les engañó y manipuló a ambos para sus intereses individuales. No se les podía detener vivos a Eugeny ni a Abbie, la propia japonesa hubiera acabado con ellos para eliminar cabos sueltos, de todos modos, incluso aunque no les hubiéramos descubierto ninguna de estas dos veces.

 -Caso cerrado, entonces- concluyó el carioca Joao.

 El agente brasileño, lo tuvo claro: su joven y bella novia Segolene, una de las directoras de la compleja operación, seguro que contaría a la prensa al día siguiente que supo enseguida que Hitomi era la verdadera responsable del primer y segundo atentado y que tipo de señal debían buscar, así que, tras el fracaso de la primera localización, preparó mejor a sus compañeros para el segundo contra-ataque; teniendo éxito esta vez. Los inspectores no estaban dispuestos a cometer el error de seguir solamente al “cebo” Bonkov, como les pasó con Abbie y querían llegar al máximo responsable.

Joao pensó que su brillante chica francesa sería una heroina ante la opinión pública.

 De momento, todos sus compañeros felicitaron a la novata pero sagaz Baticheraux porque, aunque no podía atacar sola a Hitomi, gracias a ella habían detenido a los agresores con una veloz reacción conjunta de 12 mentes.

 


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