EL TRIBUNAL DE LAS ALMAS II PARTE
Por cristylove
Enviado el 07/11/2016, clasificado en Terror / miedo
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Su mirada sigue fija en mí, observa todo mis movimientos como si estudiara o leyera mis pensamientos, que estoy segura que lo hace. Finalmente expone con la tranquilidad que lo caracteriza.
-Hay lecciones que son difíciles de aprender, el bueno se vuelve malo, el malo se vuelve bueno o ¿acaso nunca lo fueron? Ni buenos, ni malos. Digo esto para responder a tu pregunta sobre cielo e infierno y la respuesta es ¡no!.
-Simplemente llegan aquí, son juzgado. Sin son inocentes tienen la posibilidad de regresar; si son culpables caen el el abismo oscuro donde no hay retorno y su alma desaparece para siempre.
-¿Desea saber algo mas?
-¿Quien te dio el derecho a juzgar los pecados? En mi defensa puedo decir que la vida en ocasiones es complicada. Nos enfrentamos a situaciones y conocemos los riesgo. Sin embargo, creo en el libre albedrío, en mis acciones, que tal vez sean buenas y tú las juzgaras como malas. Entonces ¿cómo saber que hacer?
Con el rostro serio y cadávericamente pálido dice enojado. -
-No hay excusa que valga para los malos sentimientos además sus vidas se complican debido a sus actos. Son tan descuidados que olvidan que al morir serán juzgados.
Me quedo sin tener que decir, trato de enfocarme en algún recuerdo y no lo consigo. Mi cuerpo ha perdido su calor, el miedo empieza a emerger desde mi interior.
Él me mira y refiere. -¿Algún problema? Te veo desconcertada, pálida.
-Necesito saber como morí ¿Por qué no logro recordar? -suplico como ultimo recurso.
-En ocasiones sufren muertes trágicas e inesperadas que sus recuerdos de últimos momento son borrados para evitar un choque fuerte al llegar aquí.
-También puede suceder que mueren -si se puede decir de este modo- plácidamente que al llegar ellos mismo se dan cuenta de su realidad. Todo dependerá como morirán.
-¡Basta de juegos! Dime la verdad. -Estallo de rabia, mis manos sudan, tiemblo, quiero despertar. -Termina de una vez con este suplicio, a fin de cuentas ya no hay remedio, nada podre arreglar, ya he muerto. - me cruzo de brazo resignada a ser condenada.
-¿Quieres mi opinión?- dice en tono sincero.
-Si no tengo otra opción. -respondo de manera cortante.
-Dices que ya no tienes remedio, eso no es cierto. Le enviamos en ciertos momentos de la vida señales muy sutiles que ustedes llaman fantasmas; pero en la actualidad son tan cerrados de corazón que no comprenden el mensaje.
-Incluso lo ignoran y el fantasma deja de hacer contacto y terminan por perderse en sus errores.
-Mi consejo, si lo quieres aceptar. Presta mayor atención a tu espiritualidad, se menos materialista y mas solidaria con tú prójimo; así cuando llegue tu hora me será más fácil juzgarte.
Sus palabras son una luz brillante, abro mis ojos sorprendida del significado de lo que acabo de escuchar.
-¡Estoy Viva¡ pero que sucede entonces, no entiendo.
Como si leyera mis pensamientos, se levanta de la mesa, posa su mano sobre mi hombro. Dirige lo que creo serán sus últimas palabras o mas bien advertencias.
-Nunca olvides todos tenemos un propósito en la vida, nacemos para morir, morimos para ser juzgado, nadie puede escapar del tribunal de las almas. Al final son tus acciones las que te traerán ante mí. Seré tu juez o verdugo eso dependerá de ti. Hoy no es tu día, Natalia espero no verte tan pronto.
Todo ha comenzado ha temblar, a desaparecer, siento un estruendo tan fuerte que he perdido el sentido. Alguien me llama.
¡Natalia! Despierta de una vez. Vas a llegar tarde en tu primer día de trabajo. Vamos despierta dormilona.
Reconozco con alegría la voz de mamá, es ella que como siempre es mi reloj despertador. Todo ha sido producto de un sueño, mas bien una nueva oportunidad. En la mano aun sostengo la carta del menú de aquel extraño “Tribunal de las Almas”.
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