Jaque Mate...

Jaque Mate...

     Algo más que un pensamiento fútil roza mi mente, siento que me ahogo en lágrimas, que mi pecho se comprime al punto de quebrarse en miles de pedazos. Me arrastro por el corredor en busca de auxilio pero nadie me oye. Todo se ha transformado en sombras siniestras en espera cruel y paciente de mi exterminio. Aun puedo escuchar los sonidos metálicos de lo que parece ser una invasora tempestad de balas atravesando las paredes.

    No comprendo, no veo, palpo con mis manos sintiendo algo húmedo, tibio y pegajosa que resbala por la frente, ya casi me cubre el rostro; puedo sentir lo salado en mi boca.

    Recuerdo haber tenido un día estupendo, un día normal en una persona común y corriente como yo, reí, me enoje, volví a reír, cumplir con mis obligaciones aunque lo confieso no termine de hacerlas; deje algunas tareas para mañana. -¡Quiero hacerlas mañana! Es mi oportunidad de volver a mi rutina, que importa que sea aburrida, ¡Quiero vivir!

     -¿¡Me rindo!? ¡No, no quiero rendirme, aun puedo salir! -En el exterior escucho gritos, pisadas que huyen, me paralizo o más bien no puedo moverme.

    Arriba hay un Dios misericordioso. Pido perdón pues es ahora que me acuerdo de él, imploro con urgencia. Necesito de su poder infinito.

   -¿Amaneció? ¿Morí? Por Dios que alguien me ayude. ¡Ayúdenme por favor!- ya hace rato perdí la capacidad hablar, todo es mental, nadie me puede escuchar. Desfallezco. Es el fin...

   ...-Aun respira, débil pero lo hace- expresa una voz que resulta familiar. Me levantan, me sacan de la casa. Apenas puedo distinguir lo que creo es una ambulancia, veo lo rojo parpadeante de las luces, escucho en la lejanía el zumbido de las sirenas...

    Han pasado tres semanas de la cuales pase dos en coma o eso me han hecho saber. Fuego cruzado, esas fueron las palabras que usaron para describir lo sucedido. Quede atrapada, en Jaque mate entre los azules y los delincuentes. Solo recuerdo haberme levantado alrededor de la medianoche para beber agua cuando sentí que algo brotaba de mi frente.