HISTORIAS ESCRITAS PARA TI - CON VIDA PROPIA - 2 PARTE
Por Adelina Gimeno Navarro
Enviado el 29/11/2016, clasificado en Ciencia ficción
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Cuando note que aquel ascensor se paraba en seco, causando que lo que llevaba en la mano dejase de causarle dolor. Estaba enfadado conmigo mismo, mi temperamento salio a la palestra, no podía permitir que detalles como aquellos truncaran mi buen hacer como mecánico, así que lo recogí y con aquella pausa de movimientos fortuitos retome mi trabajo.
Poco a poco fui tanteando por donde yo creía que se encontraba el defecto que lo hacia funcionar de aquel modo, pero mi mente me jugaba esta vez otra mala pasada...
Comenzando a hablar le hacia una pregunta...
-¿Estas bien? Tendré cuidado procuraré no hacerte daño...
En aquel momento de incertidumbre, en la que maquinaba despacio su interior, algo que nunca había hecho, un calambre eléctrico producido por aquellos hilos en los que yo no había hurgado alteró mi calmado trabajo para no hacerle daño, obsesión que terminaba en aquel preciso momento, pues me enfade...
Empuñando lo que llevaba en la mano como si fuese un arma blanca, la que preso de la ira la clave de forma agresiva unas cuantas veces...
- ¡¡Se terminó, basta de tonterías !!... le dije...
- ¡¡Si es que tienes vida propia... muere cabrón !!... gritaba desesperado...
En aquel momento todo se quedó a oscuras, nada de lo que allí ocurría podía llegar a ver... pero percibía una respiración agitada debilitarse...
- ¿Estas bien?... no sabía si obtendría contestación, pero hice asustado aquella pregunta...
Conseguí calmarme pues después de mis palabras las luces fueron apareciendo encendiéndose primero la que estaba justo arriba de mi cabeza, aquella que se atormentaba con los pensamientos que estaba teniendo...
Luego de aquella placa que colgaba de unos cables, los botones que me habían parecido un rostro comenzaron también a iluminarse, aquellos que parecían los ojos con menos intensidad, pero la hilera que simulaba la boca con más, cerré y abrí los ojos pues me sonreía... algo que me enloqueció de tal forma que di un puñetazo en el cristal que me quedaba más cerca.
De nuevo se ponía en marcha y retomaba el descenso, fue una bajada lenta, despacio aquel ascensor iba comiendo números... 12, 11, 10 y sin poder darme tiempo a contar más una fuerza centrifuga hacia encogerse mi estomago...
Lo sentía en mi garganta, sensación aquella que fue causada por la gran velocidad que entonces llego a tomar. No quise ni imaginar lo que podía llegar a ocurrir, si no dejaba de descender tan rápido, podía morir, estire mis brazos sujetándome con las palmas de mis manos apoyándolas en las paredes de cristal, induciendo así un frenado para mi propio cuerpo o se estamparía en el suelo cuando llegase abajo.
Mi rostro se reflejaba en aquellas paredes de cristal, mostrándome a mí mismo, aterrorizado y preso del pánico. Recordando aquellos minutos de miedo, sé que rece y lo hice repetidas veces, me aclamaba a Él pidiendo clemencia algo que últimamente tenía olvidado, pero cuando ves que lo irremediable se acerca te aferras a un clavo ardiendo y en ese momento mi tea de esperanza era en lo que yo siempre había creído y no en lo irreal y en ocasiones probablemente inexistente para los creyentes.
Lo que me llevo allí no tenía porque causar mi muerte, tan solo cumplía con mi trabajo...
- Pero de que me estaba justificando, me parecía cruel la venganza de aquella maquina hacia mi persona, cuando mis intenciones eran solamente para arreglar su mal funcionamiento... Cuando volví a preguntarme...
- ¿Por qué juzgo su comportamiento? Si en realidad solo aquello era... un ascensor como tantos otros.
No me dio tiempo a pensar ni tampoco a hacerme más preguntas... Pues de pronto aquella mole de hierro que servía solo para trasportar gente de unas alturas a otras y una maquina informatizada para cumplir con su función volvía a cobrar vida propia o al menos aquello es de lo que yo quería convencerme de que estaba equivocado.
Un golpe en seco frenó el descenso de la maquina, haciendo que mis manos perdiesen la sujeción con la que estaban adheridas a la pared y caí de bruces sin remedio en su suelo, perdiendo el conocimiento o aquello es lo que me contaron cuando me encontraron y lo que yo os describiré a continuación...
El ascensor se detuvo en la planta baja donde mismo me había estado esperando, sus puertas me dijeron que se abrieron sin ningún signo de mal funcionamiento, la propia maquina me había devuelto al punto de partida, encontrándome sus nuevos pasajeros allí tendido como si estuviese dormido...
Sin encontrar nada extraño en su interior, imagino que esperarían a que yo despertase o me despertarían para que contase que demonios hacia allí acurrucado en forma fetal en una de sus esquinas.
Tendrían que creerlo, pues ni yo mismo sabría cómo explicarme ya que todas las herramientas utilizadas por mí estaban bien guardadas en aquel cinturón para aquel fin...
Me di cuenta de aquel detalle cuando me levantaron y me preguntaban que había pasado...
Aunque lo primero que mire cuando abrí los ojos, fue aquel cuadro de botones, que sin muestra de haber sido manipulado estaba perfectamente cerrado... y que continuaba sonriéndome...
Mientras unos médicos llamados por la dirección me atendían escuche un corto dialogo que hacia que volviese a mí la sensación de que el tiempo se había detenido mientras estuve preso en su interior...
- ¿Cuánto ha estado inconsciente? Preguntaban...
- No debe haber sido mucho, puesto que tan solo le dio tiempo al ascensor de subir y luego bajar con toda normalidad... respondieron a la pregunta...
Seria psicológico o de verdad el espacio de tiempo que a mí me había parecido eterno fue poco, no entendía nada, pero confiaba en que los allí presentes viesen como yo que aquello aunque extraño me seguía diciendo que tenía vida, mientras yo les decía...
- Veis, no estoy loco... mirar, mirar ¿lo veis?, me sonríe...
Mientras intentaba que viesen lo mismo que yo veía me cogieron por debajo de los brazos...
- Tranquilícese... por favor... me decían mientras me levantaban entre dos, repitiendo yo mis palabras cada vez gritando más fuerte...
©Adelina GN
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