Denunciar relato
Detrás de su cámara, el fotógrafo vaciló un segundo, preguntándose si aquello era lo correcto. No, no lo era. Ni siquiera quería hacerlo. Pero algo lo obligaba a ello, era una adicción, como una droga. Algo mucho más poderoso que él.
A través de la cámara vio a una familia que, sonrientes, permanecían de pie sin saber lo que se avecinaba. No quería ver lo que iba a pasar.
Con los ojos cerrados, pulsó el botón y la intensa luz del flash lo inundó todo. Al instante, toda la familia cayó al suelo.
Muertos.
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