TERATOFOBIA Parte 3

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Nadie podía entender lo que sucedía, cada vez se presentaban más casos de muertes sumamente extrañas que, la mayoría de las veces, ocurrían en circunstancias fuera de toda lógica, prácticamente imposibles.

 

Ejemplos había muchos y de sobra, sin embargo, algunos de los más recientes involucraban a una mujer de profesión médico que había gastado una cantidad considerable de créditos en materializar todo un guardarropa que incluía vestidos y accesorios extravagantes para su uso personal. Lo último que se supo de ella fue que mientras hablaba por teléfono con una amiga escuchó como golpeaban intensamente la puerta de la entrada de su casa, ante lo cual, decidió colgar para ir a ver quién hacía tanto escándalo. Su cuerpo fue encontrado totalmente triturado en medio de un charco hecho de su propia sangre. Había recibido numerosos impactos con algún objeto muy pesado y contundente que debía de tener una forma más o menos circular por las marcas halladas tanto en su cuerpo como por todo el lugar, además, quien haya utilizado ese objeto como arma tenía que poseer una gran fuerza física para alzar aquel objeto con tanta facilidad. Aunque lo verdaderamente extraño y curioso era que algunas marcas del objeto, empezando por las de la puerta derribada, mostraban una silueta parecida a la de unos puños humanos, cosa completamente ridícula debido al tamaño de las marcas y a la fuerza apreciada en el daño ocasionado a la mujer y a su vivienda. La amiga de la doctora le informó a los investigadores que su camarada, ahora occisa, solía tener pesadillas en las que su padrastro trataba de entrar a su habitación por la fuerza para hacerle daño de una u otra forma. Mas, este temor era completamente infundado puesto que el padrastro de la doctora siempre fue amable con ella y jamás estuvo cerca de hacerle daño alguno, aparte de que él llevaba alrededor de diez años muerto, así que no podía haber ningún tipo de conexión con el caso pero sintió que debía de hablar de ello por si acaso sirviera de algo esa información.

 

Otro incidente excepcional se dio en las ruinas de una antigua iglesia en la que algunos sujetos trataron de traer de vuelta la religión a la clase social alta, después de que ésta fuera olvidada por completo por los individuos con mayor poder adquisitivo al ver que era innecesaria para alcanzar sus metas de prosperidad y felicidad. No obstante, para algunos no les es suficiente vivir sin preocupaciones y carencias y desean darle un trasfondo a la vida que no tiene. Así, un hombre al que la vida le parecía vana y poco trascendental, decidió un día fundar un nuevo culto que retomara el concepto de fe en un plano superior de la existencia. Siguiendo esta primicia reunió una cantidad pequeña de personas que compartían sus ideas y todos se congregaron en las antes mencionadas ruinas para orar al nombre del numen en el que creían. El líder del culto pagó la materialización de una cruz que era igual a una que había visto en los archivos de historia tiempo atrás. Una vez materializada, llevó la cruz al punto de reunión y todos felices prosiguieron con sus actividades relacionadas a la fe.

 

Ellos no molestaban a nadie con sus creencias, es por eso mismo que es muy difícil encontrar responsables por lo ocurrido. Como pista muy vaga del caso, sólo se tiene una breve declaración de un hombre que fue invitado por un compañero de trabajo a la que, sin saberlo, sería la última reunión del culto; el hombre en cuestión contó que fue invitado para escuchar acerca del peligro que representa para el ser humano la existencia del demonio, entidad que no pierde oportunidad para llevar a la humanidad por “el mal camino” con el propósito de atormentar las almas humanas eternamente en un lugar rodeado por fuego que nunca se extingue. El hombre rechazó molesto la invitación de su compañero debido a la demostración de superstición irracional que éste hizo al contarle aquellas cosas. Grande fue su sorpresa al enterarse al día siguiente que todos los que asistieron a la reunión fueron asesinados cruelmente. Las muertes fueron diversas, no obstante, todos los cadáveres mostraban tres orificios en línea que se repetían por aquí y por allá hasta casi cubrir los cuerpos por completo. Por otro lado, unos cuerpos se hallaron enteramente calcinados y otros más clavados a las paredes y los pilares de las ruinas, algunos estaban mutilados de los brazos, otros de las piernas y algunos de todas sus extremidades. También se encontraron un par a los que les faltaba el rostro, aparentemente les fue arrancado por una especie de animal salvaje ya que esa clase de heridas correspondían con la de personas muertas por animales con garras, aunque no había manera de comprobar esto, el único testigo de lo sucedido esa noche era el ídolo crucificado de los creyentes.

 

Luego de dos noches sin dormir, el hombre que se negó a ir a la reunión religiosa se quitó la vida ahorcándose con una soga en su propia habitación. El motivo lo explicaba en una nota que dejó cerca de donde se suicidó. En ella, él mencionaba que habían sido los demonios los que mataron a los creyentes de esa forma tan horrible, la prueba de ello eran los tres orificios en línea que tenían todos los cadáveres, pues, a su forma de entender las cosas, estos fueron hechos por tridentes de demonios salidos del mismo infierno del que tanto se habla en los archivos de historia sobre la religión. En la nota también dejaba claro que prefería tomar su propia vida antes de sufrir un destino similar o peor al de los creyentes.

 

Tras un breve periodo de tiempo, la población en general se encontraba estupefacta por el aumento tanto en número como en frecuencia de las muertes extrañas. Algunos ya habían entrado en pánico y exigían a las autoridades encontrar a los responsables de estos horrores. Sin embargo, ni siquiera las autoridades con todos sus recursos tenían la más mínima idea de lo que pasaba realmente.

 

Sólo había un hombre que creía saber el origen del problema al que se estaba enfrentando la humanidad entera, pero temía decir algo por miedo a las represalias en su contra.


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