CORTO RELATOS DE MI VIDA: LA SEÑORA GREGG: Mi despertar lésbico. Parte 1. (CONTINUACION Y FINAL DE LA PARTE 1.)

(CONTINUACION)

de mi concha salían chorros de líquido vaginal, lo que la mujer disfrutaba, y yo también, la mujer se relamía los dedos con aquel líquido, el cual también tragaba de mis labios vaginales, era algo indescriptible, mi estómago  convulsionaba con cada orgasmo producto de las chupadas que ella me daba, en un momento ella se paró, me acosto y me jaló más abajo en el descansadero abriéndome las piernas, fue allí donde me dijo: tu cocha tiene un color rojo intenso, la mujer me abrió los labios vaginales y dijo: que carnita rosadita y blanquita, tienes una enorme concha, tu clítoris del tamaño de un dedito de bebe, es como un pequeño pene, la señora GREGG era una magnifica amante, metió su cabeza entre mis piernas y empezó otra vez a chupar, así como lo hice con don RUFINO, subí mis piernas encima de la espalda de la mujer y con mis pies empecé a masajearle la espalda, eso la éxito mucho ya que arremetió contra mi concha y me puse como loca, le decía, ay, ay, ay, ay, ya no, ya no más, uhh uhh, uuuuh, ya no por favor, siento que mi corazón se va a parar, ay, ay, ay, ya, para, para, paraaaa, por favor, la mujer no escuchaba y seguía comiéndome la vagina, subió sus manos hasta mis tetas y empezó a exprimirlas como si se tratara  de dos naranjas, eso me puso al límite del éxtasis, me revolvía y gemía, le pedía a la mujer que me dejara pero ella no iba a soltar aquel majar, después de tanto apretarme las tetas, me empezaron a salir chorros de leche por mis pezones, era impresionante cuanta leche podían guardar mis tetas, la leche escurría por entre los dedos de la señora GREGG y por todo mi cuerpo, eso calentó aún más a la mujer que succionó mi clítoris llevándome al clímax final, grité de una forma que nunca olvidare, fue como entre dolor, placer, lujuria, satisfacción, gozo, que se yo, la cosa es que quedé allí tendida como desmayada, la mujer se recostó a la par mía y empezó a chupar mis tetas de las cuales aún salía mucha leche, parece que a la señora GREGG le encantaba la leche materna ya que succionaba con fuerza de mi pecho y tragaba toda la leche que podía, yo casi inconsciente abrí mis ojos, vi a la mujer tomando leche de mi pecho y le dije: mejor sírvete en un vaso y ella rió, la mujer me contesto, me gusta más tomarlo directo de la teta y reímos las dos.

(CONTINUARÁ)