En la calle sonaban los cansinos petardos y cohetes que los vecinos no paraban de tirar. Ella, disfrazada de elegante y glamourosa, con medias y tacones y un traje ceñido con escote, entraba y salía presuroso de la cocina. La salsera en una mano y los langostinos en otra; unos cubiertos en una mano y y una bandeja en la otra; de la cocina al salón y del salón a la cocina, cruzándose con los más pequeños de la casa que correteaban por el pasillo.
sentados todos a la mesa miró a cada uno. Todos los que ella amaba estaban allí. La familia al completo, pletóricos y dichosos, celebrando la vida, el comienzo de un nuevo año y la despedida del viejo, riendo y brindando.
Como siempre la cena exquisita, la decoración magnífica, no faltaba nada. Y brindaron, ella levantó su copa y chocó con los finos cristales de las copas de los demás... "por el año nuevo"; "por que tengamos salud", "para que mantengamos el trabajo", "por nosotros".....Frases que se escucharon en el brindis, todos dijeron en alto sus bonitos deseos, y ella mascullo entre dientes:" por una cena de fin de año sin gente."
Y antes de volver a sentarse volvió a dar un par de viajes a la cocina, a por los postres y a por las uvas.
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