Premonición

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Enviado el , clasificado en Intriga / suspense
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Pasaba de medianoche y yo me encontraba caminando a mitad de una calle con rumbo a mi casa. Repentinamente sentí una especie de malestar en el estómago, como cuando se tiene algún tipo de preocupación pero no se sabe con exactitud cuál es el origen de dicha sensación. En un principio creí que eran las bebidas alcohólicas que había ingerido en la cantina las que me ocasionaban aquel malestar, sin embargo, en pocos segundos la sensación se desvaneció por completo y yo continué con mi marcha como si nada hubiera pasado.

 

Después de avanzar algunos metros me detuve de improvisto debido a que, de la nada, se metió en mi cabeza la idea de que estaba siendo observado por alguien o por algo. Miré alrededor en un par de ocasiones tratando de hallar un indicio de que lo que pensaba era verdad, mas, lo único que encontré con mi examen improvisado, fue la comprobación de que yo, en efecto, estaba completamente solo en aquel sitio.

 

Minutos más tarde estaba ya frente a la avenida que de algún modo señala la mitad del camino entre mi casa y el centro de la ciudad en la que vivo. Y justo cuando me disponía a cruzar la vía para seguir con mi camino volví a sentir la extraña sensación en el estómago, la cual, ahora venía acompañada de un mareo. Entonces, giré muy despacio sobre mi propio eje y busqué con la mirada un punto en el que pudiera sentarme para descansar mientras me recuperaba del malestar. Por fortuna, a un lado del camino había algunos negocios que contaban con unos cuantos escalones en la entrada. Me dirigí al más cercano y me senté en el último de los escalones que apenas se veía debido tanto a la oscuridad de la noche como al hecho de que una lona de tamaño considerable cubría la entrada del establecimiento. Allí me acomodé y me quedé dormido pese al frío que hacía. No recuerdo bien el tiempo que permanecí dormido en ese lugar, lo que sí recuerdo es haberme despertado súbitamente a causa del malestar que volvió a aparecer de la nada. Al recobrar la conciencia de mí mismo, quise levantarme e ir hacia mi casa, sin embargo, además de la sensación algo me impedía moverme, o por lo menos, moverme en dirección a mi hogar.

 

Confundido por lo que pasaba, en un principio no me percaté del sonido de unos pasos humanos que venían por el mismo camino que yo había recorrido hasta que el sonido se escuchó apenas unos metros atrás de donde me encontraba. Segundos después, un hombre de apariencia hosca apareció y se situó en el mismo punto en el que yo había estado cuando intenté cruzar la avenida. El extraño miraba de un lado a otro como si estuviera buscando a alguien; aquello llamó mi atención puesto que a esas horas no solía haber gente por ese rumbo, pero pensé para mis adentros que ese no era un asunto que me importara y mejor consideré la posibilidad de hablarle al extraño para preguntarle por un médico que estuviera en los alrededores. No obstante, el malestar se presentó de nuevo sólo que esta vez mucho más fuerte que antes, además, por increíble que se escuche, un impulsó fuera de toda lógica me dominó por completo y sin detenerme a pensar sobre ello me acerqué al extraño de forma sigilosa y en el instante que estuve detrás de él, lo sujeté por el cuello y no lo solté hasta que se desplomó sin vida en el suelo. Evitando a toda costa hacer una pausa, proseguí a revisar el cuerpo del extraño lo más rápido posible, no sabía qué diablos me había poseído como para hacer lo que estaba haciendo, pero en el momento en el que encontré un arma de fuego y una fotografía mía entre las pertenencias del extraño me alegré de haber sido yo quien le quitara la vida y no él a mí. Para deslindarme de sospechas le disparé al extraño con su propia arma y limpié mis huellas de su superficie para que todo luciera como una riña callejera cualquiera que había terminado en tragedia. Al finalizar con todas estas cosas por fin pude partir a mi hogar, donde pasé el resto de la noche en vela esperando que alguien se presentara con malas intenciones, pero esto no fue así, nadie me involucró ni para bien ni para mal en lo ocurrido y, de hecho, ni siquiera escuché que se hiciera mención de la muerte del extraño, tampoco ha habido señales de algún ataque en mi contra y el malestar no se ha vuelto ha presentar hasta el día de hoy, como si todo hubiese sido sólo un sueño. Sin embargo, cada vez que siento que aquello fue producto de mi mente y no sucedió nada en realidad, busco la fotografía que el extraño llevaba consigo y la observo detenidamente por un largo rato, es entonces que me convenzo de que todo fue real, más que nada porque yo nunca me tomé esa fotografía, alguien la tomó sin que yo me diera cuenta y se la dio al extraño para que este acabara conmigo, pero imagino que por azares del destino el extraño se quedó dormido en la misma cantina en la que yo estaba, pues, al momento de revisar su cuerpo éste emitía un olor muy fuerte a alcohol, pero se trataba de un olor que me resultó familiar cuando lo percibí, como a uno de los tragos que venden en la cantina esa. Sea como sea, ahora ya sé que existe una persona allá afuera que pretende acabar conmigo y tal vez mande a otro a terminar el trabajo, sin embargo, esa persona desconoce el “talento” que poseo y si se atreve a hacer algo lo estaré esperando con mi nuevo revólver y una pala lista para cavar su tumba…


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