Mi Musa Perdida (Modificación) parte 1

       Desde la ventana de mi casa, observó a plenitud la barriada, el aire frío de la mañana termina de despejar los rastro de sueño que me queda. Observó a la gente subir y bajar las escaleras de concreto; también puedo divisar algunos  chicos jugando en la cancha, sigo deslizando mi vista curiosa que  desciende hasta los techos de cinc que en su mayoría son depósitos de cualquier cantidad de cachivaches. La Neblina ya casi de ha marchado dejando al descubierto los rostros de la ciudad reflejada en la desigualdad de sus imponentes edificios que sobresalen en la distancia, estos luchan por resaltar en el panorama de la urbe capitalina con las maravillosas montañas azules que sirven de marco protector de mi querida ciudad. De momento pude sentir que mamá pasa detrás de mi, incluso la escuchó quejarse que de nuevo me encuentro perdida en el espacio del ventanal o "eso creía ella".

        En mis manos sostengo mi libreta de apunte de ideas fugaces, tratando por enésima vez que me llegue la inspiración; si bien es cierto que vivo en Júpiter o tal vez en Martes, también es cierto que me encanta despegar en el satélite de la imaginación pues siempre estoy lista para el despegue. 

        -¡Señorita, será posible qué está vez se siente a desayunar conmigo  como Dios manda. -expresa mi madre, mientras termina de poner la mesa para el desayuno.

        -Claro que si mamá, comeré contigo.

        -¡Gracias! Ya era hora de que aterrizarás, desde que saliste de vacaciones, tu única diversión es mirar por esa dichosa ventana.

         Sin decir nada a su comentario, ocupo mi lugar en la mesa y comienzo a desayunar. Las arepas con revoltillo y el queso de mano están divinas como de costumbre. Me sirvo una taza de café con leche que está cremoso como a mí me gusta. Me mantengo en silencio, pero mamá no para de hablar sobre lo que debería hacer o no hacer con mis vacaciones. 

       -Kayna, debería salir de paseo con tus primos, ellos también están de vacaciones. Si lo deseas puedo dejarte en casa de tus tíos de camino al trabajo.   -insinúa como quién no quiere la cosa y es todo lo contrario, sin embargo declinó cortésmente su ofrecimiento.

       -Como quieras, quédate aquí encerrada sin hacer nada. -Replica resignada. Me acercó a ella, la abrazo y le doy un beso en la frente. Me sonríe, ya ha desaparecido su enojo.

        -Ve a trabajar mamá, se te hace tarde y no te  preocupes, estoy bien. Necesito estar sola para escribir. 

         Ella no insiste más, agarra su bolso y la chaqueta, me da la bendición y se marcha. Empiezo a recoger la mesa y me dirijo al fregadero para lavar los utensilios que hemos usado. 

        Estando en la soledad de la casa, debo confesar que me encanta, tomo de nuevo la libreta y me siento de nuevo cerca de la ventana, tal vez la vea bajar las escaleras. Trato de continuar organizando algunas ideas que ya tengo escritas pero en eso vuelven otras más a mi mente, circulando de manera descontroladas. No consigo atrapar ninguna, a veces pienso que tienen vida propia lo que me parece otra idea absurda. 

         De repente, algo hizo chispa, siento un impulso y comienzo a escribir cómo si alguien me va dictando las palabras que voy plasmando en mi libreta. No puedo parar de escribir todo fluye tan rápido que ni siquiera he podido ver que es lo que he escrito; así sigo por un largo rato sin parar hasta que mi mano no da más, siento un dolor intenso en los dedos que ya se han acalambrados y entonces me detengo.

       De inmediato comienzo a leer que había escrito con tanto afán, aunque creo que no he sido yo, ya no se qué pensar. Al principio, mis ojos no daban crédito al texto, tenía tanto meses sin escribir algo en valiera la pena que estaba un poco decepcionada de momento, pero luego continúe con la lectura de una historia que al parecer trata sobre la vida de una niña llamada Musa que se ha perdido en un bosque a continuación la historia comienza así:                                                                                                       ***

         "Érase una vez, en lo profundo de la imaginación, existe un mundo inigualable donde lo literario prevalece junto a las más sublimes expresiones artísticas del ser humano  donde habitan los seres fantásticos, los comunes, seres extraños, extravagantes, tenebrosos y otras criaturas que emergen de la inspiración, hasta que llegue el momento de cobrar vida al ser transformados en los personajes que habitaran  en los cuentos, relatos, novelas y todas las historias que son creadas por el escritor. Este mundo lleno de un  colorido expresivo brilla con matices de realidad, fantasía, misterio, drama que sumerge a sus habitantes en un sin fin de aventuras en la cual gozan de plena libertad de expresar sus emociones hasta que  son evocados por la inspiración del escritor. Pero últimamente ha ocurrido algo siniestro, los habitantes de este maravilloso mundo de las palabras está quedando atrapados en el bosque de las sombras de bloqueo literario; pues ha desaparecido el alma que sostiene a este mundo sin igual. Una hermosa  niña cuya energía expresiva es la que inspira y reina en este lugar imaginario,  ha desaparecido sin dejar huella. Todos están confundidos, no saben que hacer, dependen de su alegría, de sus anhelos, de sus ocurrentes  ideas. En el mundo real ha llegado  el gran dilema, todos los escritores están sufriendo la ausencia de la niña, han dejado de crear. Su musa se ha ido sin dejar rastro esto será un gran caos. ¿Dónde está la Musa?                                                                     ***

Por un instante, me detengo para tratar de entender. No puedo pensar. Me dirijo al refrigerador y tomo un vaso con agua, luego voy hacía el baño y me echo agua en la cara tratando de despejar mi mente. No lo consigo. Regreso a la sala, está vez tomo mi libreta y me recuesto en el sillón, ya cómoda continuó. . .