ATRAPADO EN EL MITO
Por franciscomiralles
Enviado el 04/01/2017, clasificado en Reflexiones
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Un soleado de verano del año 2.015 me topé en la playa del pueblo en el que vivo a Gabriel
Martínez, que era un viejo amigo de mi familia de mediana edad, el cual me explicó que había
ido al cine a ver la nueva versión de la película "LOS DIEZ MANDAMIENTOS".
- Esta película, a diferencia de épocas aneriores ha pasado sin pena ni gloria. Y es que las
hisrorietas de la Biblia; la Religión en suma ya no conmueven a nadie. Pues son una mentira-
expresó él con sarcasmo-. Yo es que soy muy escéptico respecto a ese tema. Pues la
Ciencia no para de desmontar una y otra vez esos Misterios Sagrados. Lo que ahora interesa
es ser práctico, y poder independizarnos del resto de la Península la cual nos oprime, y
conspira contra nosotros. Nos quiere ahogar nuestra identidad nacional porque nos tienen
envidia. Por eso yo no veo los demás canales en la televisión y sólo conecto con el de mi
territorio; ni tampoco quiero viajar a ninguna región de España.
Entonces yo pensé que Gabriel era tan fanático en su ideología como lo pudiera ser cualquier
santón de una secta, pero con la diferencia que su sensibilidad mítica en lugar de contemplar a
la tradicional Religión que partía de la Era Rural, se había transferido a la Era Post-Industrial
con el nacionalismo, en función del idioma en el que por supuesto va implícita una manera de
ser.
La palabra MITO quiere decir etimológicamente relato, fábula que surge en el Paleolítico
Superior que da entrada al Pensamiento Mágico tan pronto como se desarrolla el Lenguaje,
que repara en los elementos de los sueños que a su vez están relacionados con el entorno,
a los que se les hace una lectura grandilocuente y trascendente. Por tanto el MITO se convierte
en algo especial, y muy vivo porque pretende subrayar una enseñanza, o ensalzar una raza de
un pueblo; que por cierto es el elegido por la divinidad.
En dicho relato, siempre hay el "Héroe" épico que va en busca de una Itaca, de una "Tierra
Prometida" que no se sabe cómo será, y también hay la víctima que se sacrifica por la Gran
Causa.
De ahí nace la Religión que significa "religar" a una comunidad en torno al MITO, y que en la
actualidad se ha convertido en el fútbol con sus héroes correspondientes - los jugadores de
un equipo determinado-.
Lo malo del Pensamiento MÍTICO, o como en el caso de la tendencia nacionalista de Gabriel
Martínez a la que se la justifica con un argumento práctico en un sentido económico, pero que
en el fondo este sentimiento está totalmente influenciado por la afectividad familiar, doméstica
y en consecuencia emana de una actitud emocional, pasional en la que subyace un exacerbado
egocentrismo, para que el sujeto en cuestión siga creyendo en la épica de su YO tanto
personal como social tiene que mirar al otro, al diferente con un prisma negativo. "Yo soy el
más guapo, en compación de mi vecino que es feo".
Por eso yo creo que el concepto de "Patria" tiene una connotación mítica, agresiva, y de lucha
contra un supuesto invasor; a la vez que sus portavoces que en cierto modo todavía son
bastante inmaduros son capaces de tergiversan la Historia. Mientras que el concepto de "País"
implica potenciar la cultura de un pueblo, y fomentar el diálogo con los de fuera.
A ese aferrarse obstinadamente a una épica cualquiera que está lejos de la realidad diaria,
se la llama eufemísticamente "libertad de pensamiento". Pero esto es una pobreza del lenguaje
porque pensar es un verbo que conlleva reflexión; analizar los pros y los contras de una
situación con el objeto de poder comprender, y actuar. En cambio, el agarrar a una idea, a una
postura, a una fábula concreta es tener adhesión ciegamente a la misma.
Por suerte, el pensamiento mítico va por un lado, mientras que la dinámica de la vida con su
sensatez va por otro. ¿Quién cree el amable lector que ganará la carrera?
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