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Y yo le miré y el me reconoció al instante. No había cambiado nada, seguía igual de guapo. Él hecho a correr hacia mí, y se me escapó la sonrrisa boba al verlo acercarse tan rápido y desesperado. Parecía que nunca habíamos estado separados, hacía unos meses que se estravió por el ruido de unos cohetes. Pero hoy vuelvo ha tener a mi perro Yuri.
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