Renacer

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Enviado el , clasificado en Intriga / suspense
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Capítulo I

La Tragedia. 

Estoy segura que el auto va montando en su máxima velocidad, desde la parte de atrás del Fiat voy observando extasiada la batalla entre el sol y las nubes, mi mente cavilaba con aquel magnífico espectáculo. El astro rey ha ganado después de imponerse a las defensa de cúmulos de algodón de la bóveda celestial, sus rayos se ven hermosos, además que va irradiando todo el ambiente con su calidez. El frío poco a poco va desapareciendo. Excepto en mi corazón, Odio las discusiones, me hacen sentir mal, ya no soporto tantas peleas, nunca se ponen de acuerdo. Me encierro en mi capullo, me aisló. Me hablan pero me niego a responder. Quiero salir con cualquier pataletas y sólo encuentro paz en mis pensamientos a fin de cuentas es el único lugar donde puedo decir lo que quiera, gritar, maldecir, sin sufrir las consecuencias. Es mi lugar de libertad. El auto continúa sin aminorar la velocidad. La discusión va en su máxima expresión. Hace tiempo todo era distinto, todo era felicidad. Mis padres me querían ahora sólo soy la excusa perfecta para armar su alboroto. Un golpe fuerte me saca de mi capullo, doy vueltas dentro del carro. Mamá grita y trata de sujetarme pasando la mitad de su cuerpo a la parte de atrás. Yo me sujeto sin embargo, otro sacudon me libera de sus manos y salgo disparado por el parabrisas. Veo carros que se paran, gente que pide ayuda. Estoy en la carretera, no puedo moverme. Siento frío, mucho frío. Un líquido tibio y pegajoso resbala en mi cara. Ya no veo. Sólo quiero dormí, únicamente dormir.

 

Capítulo II

Mi nuevo estado

  - ¡Papá! ¡Mamá! ¿Qué pasó? ¿Se encuentran bien?  

  Veo a papá y mamá entrar en una habitación. Creo que estoy en un hospital. Pero no entiendo. Hace rato no podía moverme. Pero eso me alegra, eso significa que salimos ilesos. Estoy segura que no me escucharon. Me dirijo al cuarto por donde entraron mis padres. "¡Vaya! Esto es asombroso" en la habitación mis padres están juntos. Mamá está sentada, la veo llorar. Mi papá habla con el doctor, su expresión denota desconcierto, tristeza. Pero los más sorprendente es poder verme en cama, enyesada, conectada a un gran aparato que emite un sonido acompansado, estoy segura que son mis latidos. 

Me acercó con sigilo, no se para qué, a leguas se nota que no pueden verme. Mamá tiene moretones en la cara y brazos. Papá lleva un yeso en el brazo, también su rostro se ve morado casi negro en el lado izquierdo. No puedo creerlo soy un fantasma. No me desagrada mi nuevo estado. Al menos no siento dolor. Por el horrible aspecto que tengo en la cama si despierto en este instante estaré full adolorida.

 

Capítulo III 

La Unión

Mis padres llevan tres meses yendo y viniendo del hospital. Ya no los veo pelear. Eso me alegra. He tratado de salir del hospital y no he podido. Es extraño, pensé que como fantasma podía ir a donde yo quisiera. Estúpidas películas de aparecidos ya veo que no son cierta. Recorro el centro hospitalario y debo decir que el lado extrasensorial es poco amigable.  sólo he visto otros fantasmas que al igual que yo deambulan perdido he tratado de hablarle pero me ignora. Que maleducados. Si mis amigas me vieran, sería la envidia del grupo. Regresó a mi cuarto. Mamá me está aseando,  pobre se ve tan triste. Me canta y debo decir que desafina a rabiar. "Por favor mamá dejale el canto a los profesionales" aunque confieso que me siento feliz ver que me quiere. Imagino que papá está trabajando. Pobre aún y lo cansado que esté siempre viene a verme. Me acercó a papá y mamá al fin están junto en el mismo lugar sin gritarse. Increíble tuve que quedar en coma para que dejarán de agredirse. 

 

Capítulo IV

Confusión.

Ya casi cumplo un año en el hospital, he tratado de regresar a mi cuerpo pero algo me lo impide. Siento como una descarga eléctrica mínima, lo que ha hecho que por ahora deje de intentarlo. Mamá y Papa me han traído una torta de chocolate, mi favorita. Hoy es mi cumpleaños. Son mis 15 años, hubiese querido poder abrazarlos. Mis amigas y familiares están en la habitación, me cantan "las Mañanitas " mamá me peino y maquilló, a pesar de todo no me veo tan mal. Todo fue muy emotivo, si no fuera por mi estado de seguro las lagrimas rondaría por mis mejillas. 

Estoy en terapia intensiva, sentí que alguien me llamaba. Que lugar tan frío. Es como entrar a un lugar donde la vida está congelada como la mía. Me acercó a la cama donde está una señora mayor, una alarma empieza a sonar. El cuarto se llenó de médicos y enfermeras que hacían esfuerzos por salvar la vida de aquella anciana. Un sonido evidencia que se ha ido para siempre. La anciana está a mi lado. Me sonríe. 

  - Hola Adaia. Hasta cuando vas a seguir vagando aquí. No pertenece a este lugar?

  Conmocionada la miró, debo confesar que era la primera vez que sentía miedo desde que estoy en este estado. 

  - ¿Porque me dice eso? He tratado de regresar pero mi cuerpo físico rechaza al espiritual. 

La anciana, me da la espalda, ya casi se desvanece. Sólo alcanzó a escuchar. 

  - Regresa Adaia, serás atrapadas por las sombras y no te dejarán ir.

Ella desaparece. Yo regresó a mi habitación.  Mamá está llorando.  No entiendo que pasa. Hay médicos revisando mi signo vitales. Creo que moriré. 

 


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