CORTO RELATOS DE MI VIDA: LA SEÑORA GREGG: Mi despertar lésbico. Parte 2.
Por el solitario.
Enviado el 15/01/2017, clasificado en Adultos / eróticos
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Me senté y le pregunté a la mujer, que me hiciste, por un momento casi pierdo el conocimiento, la mujer contesto: son técnicas que aprendí en un viaje que hice a la india cuando aún ejercía de ginecóloga, y eso es solo el principio, aún tengo que enseñarte muchas cosas más, quedé sin habla, después la mujer me preguntó, quieres un poco de chocolate con leche?, y yo riendo dije: y de donde lo sacarás, de aquí mismo dijo, y de su boca saco el chocolate que momentos antes me había metido en la concha, me lo enseño, quede aún más sorprendida de ver aquello, le pregunte, y como hiciste eso?, si yo sentí que lo metiste hasta adentro de mí, la mujer contesto, tengo mis trucos, primero lo busque con mi lengua pero estaba muy adentro así que use mis dedos y puesto que no hace mucho tuviste a tu bebe tu vagina aun esta distendida, son cosas que se aprenden en la facultad dijo riendo, así que voila, entonces dijo: quieres o no chocolate con leche, me quedé pensando un momento y dije: buen provecho, la mujer contesto bien pero tendrás que regalarme un poco de tu leche, reí y le dije bien, pero no tomes mucha, la mujer se metió el pedazo de chocolate en la boca, me acostó en el descansadero, se acostó junto a mí y tomo con sus manos mi pecho, como si fuese un bebé, empezó a chuparlo mientras le acariciaba el pelo y le decía como a mi bebe, despacio, despacio, no te vayas a atragantar, era como un cuadro de aberración maternal, la mujer dejaba escapar hilillos de leche por las orillas de su boca, en un momento dejo de chupar el pecho y viéndome a los ojos abrió su boca llena de leche con pedazos de aquel chocolate que había tenido dentro de mi vagina, como incitándome a compartir aquello, era algo asqueroso, si bien no era una santa, tampoco era una cerda depravaba, pero como siempre hay una primera vez, dude un momento pero al final abrí la boca y primero metí mi lengua en aquella sopa de leche de chocolate, asqueroso, nunca pensé que caería tan bajo, después de probar un poco de la sopita, la mujer abrió más la boca y la fundí con la mía en un beso, sentía como jugábamos con nuestras lenguas y nos pasábamos entre si aquella asquerosa sopa que para ella no lo era, dentro de nuestras bocas se revolvía todo aquello, se escapaban hilos finos por los lados, al fin cada una se quedó con un poco de sopa en su boca y viéndonos a los ojos la tragamos al mismo tiempo, ella y yo nos pusimos los trajes de baño no sin antes manosearnos y besarnos como adolescentes juguetonas, riendo y bromeando, a tiempo apareció Migue yo con voz dulce le dije: te cambiaste?, me contestó, sí, entonces dije: ve a decirle a tu padre que ya vamos, bien contestó, pero cuando se dio la vuelta Julio venia hacia donde estábamos, llegó y me dijo: debemos irnos paso algo en la empresa y quieren que vaya, le conteste que no podíamos dejar a los GREGG con la comida hecha, pero él dijo, es una emergencia ellos comprenderán, la señora GREGG se metió en la conversación y dijo, yo le comprendo pero por que no va usted a ver esa emergencia y deja a ellos acá, yo más tarde puedo llevarlos a su casa, pero por favor deje que ellos terminen de disfrutar el día, Julio vio a Migue y después a mí, lo pensó y dijo: está bien, quédense pero me llamas al llegar a casa no quiero estar con la incertidumbre, lo abrace como una niña con juguete nuevo y le dije: no te preocupes yo cuidare de los niños, me dio un beso y se marchó, la señora GREGG y yo nos vimos y reímos a mas no poder, nos tomamos de las manos y nos fuimos a cambiar al cuarto, ya en el cuarto las dos seguíamos bromeando y toqueteándonos, yo le decía, para, aquí no, el niño está viendo, y ella me contestaba, y, en algún momento se hará hombre y por cierto muy guapo, me dan ganas de comérmelo en este mismo momento y soltó un carcajada, le di un golpe en las nalgas con la mano y ella dijo, así, así pero más duro y rio, ella me puso mi ropa interior y yo a ella sin contar que Migue estaba allí viendo, lo hicimos como si él no existiera, al fin terminamos de cambiarnos, ya cambiadas ella me abrazó y dijo: amorcito no es tu mami la cosita más bella del mundo?, y el contestó, si lo es, volvió a preguntarle, quien crees tú que es más bonita tu mami o yo, claro que mi mami respondió, entonces dijo ella, tienes toda la razón, tu mami es la mujer más bella que he conocido, y tomándome de la cabeza me dio un gran beso en la boca, al principio no hice nada para detenerla, la mujer me metió la lengua en mi boca y cerré los ojos, aquello me fascinaba, pero los abrí de nuevo y vi a Migue allí parado, separé a la mujer de mí y dije: sabes así se saludan la amigas, pero esto mejor no se lo contaremos a papa está bien?, él dijo: si mama lo que tú digas, la señora GREGG dijo: que niño más bueno, te mereces un regalo, salimos del cuarto y fuimos al comedor, ya la comida estaba servida, los sirvientes pasaban de todo a la mesa, había mucha comida de diferente clases, de pronto una puerta se abrió, era el señor GREGG en su silla de ruedas empujado por el mayordomo, ese hombre de raza negra, alto delgado, coloco al señor GREGG al frente de la mesa, y se sentó en una esquina, todos nos sentamos, entonces la señora GREGG dio la orden de servir, comimos de todo, al final pasaron los postres, helados, pasteles, ahh, que delicia decía Migue que comió como nunca, yo no comí mucho, me gustaba cuidar mi cuerpo, igual la señora GREGG, todo iba bien hasta que note como el mayordomo me miraba, me miraba muy raro, eso me dio miedo, no sé, terminamos de comer y el mayordomo llevo al señor GREGG a su cuarto, nosotros fuimos al jardín donde había una mesa con sillas blancas y una gran sombrilla, la señora GREGG y yo nos sentamos una frente a la otra, las dos teníamos puestos vestidos y sandalias que dejaban ver nuestros pies lindos y blancos, por supuesto tanto las sandalias como el vestido que usaba yo eran también de la señora GREGG, la mujer me preguntó si quería un café y dije: está bien, una sirvienta llevo el café, lo sirvió y nos pusimos a hablar sobre cosas de la vida, en esas estábamos cuando tomé la tasa y al probar el café salte y di un ayyy, Migue me miro pensó que me había quemado con el café, así que lo probó con cuidado...
(CONTINUARA)...
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