CORTO RELATOS DE MI VIDA: LA SEÑORA GREGG: Mi despertar lésbico. Parte 2. (CONTINUACION)

(CONTINUACION)

Pero oh sorpresa el café no estaba hirviendo sino tibio, entonces me pregunto: porque gritas?,  pensé rápido, y le dije: no me hagas caso, sabes ve a ver un momento a tu hermanito si?, yo ahora voy, me puedo llevar unas galletas? Preguntó, si dijo la mujer llévate todas las que quieras, tomo unas y se fue, entonces al fin pude disfrutar de lo que estaba pasando, la mujer había metido su pie por debajo de mi vestido y estaba tocándome la concha con él, hundía su dedo grande dentro de mí vagina, yo me movía en la silla como si algo me picara, me acariciaba la concha dándome otro tipo de placer, deje la tasa en la mesa y baje los brazos como queriéndome arreglar el vestido pero lo que hice fue quitarme despacio el calzoncito, lo deslice hasta abajo, hasta el suelo, la señora GREGG lo levanto tomándolo entre los dedos de su pie y me lo alcanzo, después volvió a meter el pie entre mis piernas hasta excitarme, yo trataba de que nadie se diera cuenta pero era demasiado obvio el placer que me producían los dedos del pie de la señora GREGG, uno tras otro fueron dándose los orgasmos, yo estaba pálida, tragaba saliva mientras que la señora GREGG ni se movía, pronto quedé exhausta y solo dí un aaaahhh de gozo.

La señora GREGG me preguntó no tienes que limpiar algo?, y yo contesté, no que yo recuerde, entonces ella dijo: tienes que limpiar lo que ensuciaste allá abajo, pensé que debía limpiarme la vagina así que tomé una servilleta y comencé a hacerlo discretamente, NO dijo la mujer, no me refería a eso sino al desastre de acá y me mostro su pie lleno de mis jugos vaginales, entonces me puse de rodillas y con otra servilleta quise limpiarle el pie, pero ella me la quito, entonces la vi, he hice una expresión facial como preguntándole: ¿Y ENTONCES?, la señora GREGG alzo su pie y lo puso en mi boca, yo no podía creer la asquerosidad que esa mujer quería que hiciera, quería que le chupara el pie y así limpiarle todo el jugo de mi vagina, hice una negación con la cabeza, pero la mujer insistió poniendo el pie en mi boca y me dijo si no lo haces te ira mal,  otra vez puse cara de niña regañada y con algo de ascos empecé a chupar el pie de la mujer, conforme fui chupándole el pie, fui tomándole gusto a aquello, después de todo eran jugos salidos de mi ardorosa vagina, pronto estaba metiendo la lengua por entre los dedos del pie de la mujer quien me decía, así se hace, ves no sabe tan mal, y tú que no querías, me envolvió tanto en su clímax que olvide todo, solo chupaba y lamia el pie de esa mujer a mas no poder, metía casi todo su pie en mi boca, lamia y chupaba cada dedo de ese pie, al fin lo deje limpio, como recién salido de la ducha.

(CONTINUARÁ)….