Rojo sobre blanco

Delvinto Húmara, salió a por leña. Todo estaba nevado, hacía mucho frío y volvería a nevar. Fué andando al monte cercano. Había pocos arboles, el riachuelo bajaba con bastante agua. Avanzó unos pasos, y un reguero de sangre llamó su atención. Parecía reciente y empezó a seguirlo. Pensó en algún animal herido, no se dió cuenta pero cada vez se alejaba más y más. Llegó un momento que solo se veía blanco, todo igual, pero el seguía el rastro de sangre. Se estaba haciendo tarde pero la nieve luminosa le engañaba. El rastro le llevó a una zona llena de sangre, parecía que allí había sucedido una matanza. Sangre rociada por metros y metros de nieve. Parecía reciente, como si hubieran venido una manada de lobos y hubieran matado a un grán rebaño de ovejas. Solo que no había ni rastro de ovejas, ni de lobos ni de ná, solo sangre y desprendía holor, a muerte. La luna empezaba a brillar, a Delvinto le entró el miedo, quería regresar al publo y enseñar semejante paisaje. Se perdió un poco pero llegó al pueblo exausto. Fué a la casa de su vecino Adalberto, le contó lo que había visto. Al día siguiente fueron al mismo lugar pero ya no había rastro de sangre, algo imposible. Se lo contaron a Casimiro Mier, el más anciano del lugar. Les sonrrió," lo habeis visto", se asombró. Los otros dos le miraban ojiplaticos. Casimiro empezó a hablar; en raras ocasiones nieva en 15 de Abril, una de esas veces, hace muchos años, en el lugar que estuvo Delvinto hubo un enfrentamiento.  Eran tiempos de guerra, guerra antigua, de hombres contra hombres, tal vez espadas, y demás armas cortantes. Por eso ese reguero de sangre. Cada vez que se vuelve a esa fecha y coincide que nieve, se puede ver el rastro de semejante matanza, si no nieva no se ve. Solo puede ver un tiempo determinado, con la luna en la misma fase de aquél trájico día. Al día siguiente o en cuestion de tiempo, desaparece todo rastro.