Mucho tiempo después de mis relatos anteriores, mi vida sexual cayó en la monotonía y en la rutina de una pareja estable y ocupada.
Quizás por lo mismo nos habíamos hechos adictos con mi pareja, a una serie de Playboy TV, “Triple Play” donde una pareja estable decide sumar a un tercero a la cama. En cada capítulo una pareja real documenta su búsqueda de una chica para compartir entre ambos.
En una oportunidad no pudo más con su calentura y me dice:
- Pame, ¿tu que opinas de ese estilo de vida, crees que te pueda interesar experimentar algo similar?
Para hacerme la interesante le respondo...
- No creo que sea para nosotros, realmente no sabemos que pasa con esta gente, y si realmente les gusta tanto como dicen -.
- ¿Porqué no le gustaría al experiencia? - me responde como cualquier hombre haría, y continúa “Seguramente potencie su vida sexual y quizás no sería malo que nosotros lo hiciéramos, no crees?”
- No se, quizás no sea tan buena idea como lo pintan…- concluyo
- Que te apuesto que si lo hacemos nos encantará y lo repetiremos - me dice.
- ¿Qué apostaríamos? - le respondo
- Las apuestas son solo por dinero! ¡Esas son las verdaderas apuestas, joder! ¡¿Qué te parecen unos 1.000 euros?! - me desafía
El solo sentir esa cifra, me hace calentar y volver mi cabecita a mi estado mas perverso y natural, rompiendo toda la rutina en la que estábamos últimamente.
Rápidamente respondo - ¡Me parece bien! ¡Solo tengo una condición para acceder! -
- Si, claro mi amor! Lo que tu digas - me dice
- Yo elijo a la tercera persona, y para ti será sorpresa hasta el día del encuentro! ¿Qué dices?-
- Por supuesto, esta perfecto, tu elijela - me dice el caliente y se anima a doblar la apuesta
- Pero yo pongo otra condición entonces para que sea justo - envalentonado
- Todo vale y no hay limites de lo que pueda pasar, si quiero hacerle el amor o que me mame la verga es aceptado - concluye
Mmmmm, no se si me convence esa regla claramente para su ventaja y disfrute, pero como ya volví a mi personaje mas perra me apresuró …. -“Trato hecho”- y cerramos el trato dándonos la mano. Ya vería alguna forma que todo se volviera a mi favor como en mis relatos anteriores
Los días pasaron y todo el tiempo me preguntaba si ya había elegido a alguien.
Que tenía varias amigas sexies en el gimnasio, y demás.
Realmente yo había estado muy ocupada y no había sido mi prioridad el tema.
Hasta que un día la veo y me decido. La calentura me hizo actuar impulsivamente. No se como me acerque y le conté la situación hasta que la convencí, no sin tener que insistirle, porque no le sonaba bien la idea en un principio.
- ¿En verdad es tu pareja desde hace años? - me decía
- ¿Y porque quiere verte con otra persona? - no lograba entender
Yo le dije que hasta ese momento no había tenido interés en llevar a cabo la experiencia, pero que de solo ver su cuerpo e imaginármelo para mí, no había podido resistirme.
- Bueno, acepto - dice, y quedamos en un hotel cercano, para el siguiente fin de semana, de forma que tendría tiempo de comprar algo de ropa interior y arreglarme para la ocasión.
Al llegar a casa le cuento a mi pareja - ¡tengo a la indicada! -, y se pone caliente de la excitación y comienza a fantasear con la escena de los tres.
Habíamos acordado no tener sexo hasta el gran día para que todo funcionara bien y disfrutar al máximo la experiencia.
Llegamos al hotel, entramos a la habitación y nos pusimos a esperar….
Llega el momento, tocan a la puerta y le digo: - Cierra los ojos y recuerda las reglas: “1.000 euros si no lo repetimos y todo vale, ¿hecho?”
- Hecho - me dice, y agrega - y vale hacerle el amor y todo lo demás -
Abro la puerta, y entra tal cual recordaba e imaginaba.
Le digo a mi pareja - Ahora sí, abre los ojos -
Y al abrir los ojos, su cara de sorpresa fue impagable! Lo vió entrar caminado directo a saludarlo y darle la mano.
Había elegido a “la tercera persona” un hombre alto, atlético, joven, muy atractivo y sexy.
- Pero me engañaste - me dice
- De ninguna manera - le digo. - Yo elegí a la tercera PERSONA, y todo vale según tus reglas. -
Siguió la discusión unos minutos entre ellos, pero yo caliente imaginándome esas dos vergas, comienzo a desnudarme, quedándome con un conjunto de lencería diminuto que se perdía en mis curvas, comienzo a tocarme en señal de que si no paraban de pelear, los machos alfa se quedarían sin su hembra.
Ambos entendieron el mensaje, y sus instintos animales tomaron control de sus acciones.
Yo sería su ama, y ambos obedecerían para dejarlos disfrutar de mi cuerpo. Ambos estuvieron de acuerdo y comenzaron a desnudarse como les ordené. Al desconocido lo mande jugar con mi vulva, mientras complacía a mi pareja haciendo lo propio y dandole el mejor sexo oral de los últimos tiempos. Después de todo se lo merecía después de mi jugada maestra.
Su lengua lamía con dedicación y pasión, buscando llevarme al límite sin hacerme acabar. Cegada del placer, le pido que también acerque su verga a mi boca, para sentir esas dos pollas juntas en mi boca. Me dedico a una y otra intentando ser justa con mis cuidados.
Cuando los tengo a ambos a punto de estallar, le ordeno a mi pareja acostarse boca arriba, tomo su verga, la dirijo hacia y comienzo a hundirla dentro de mi vulva.
En esa posición me jala de la cabeza para hablarme en secreto al oído y me dice - Finalmente tu amiguito se quedará sin su agujerito - me dice socarrón
Y me apresuro a responderle - Quien te dijo… guardé para él mi mejor parte - y manteniendo esa posición, dirijo mis manos hacia mis nalgas, las abro bien, y le hago señas con la mirada al macho en celo que pacientemente esperaba su turno, para que procediera a penetrarme por atrás.
Finalmente tendría mi doble penetración tan esperada. Sin demoras y siendo muy cuidadoso, chupó mi culito pacientemente pero con fuerza, lo mojó bien con saliva, y sin más, comenzó a entrar en mi culo, mientras yo sentía como esa segunda verga se perdía también dentro mío.
Así los tuve a los dos buen rato, follándome, hasta que no pude más y les pedí que me dieran toda su leche con fuerza, ambos me regalaron sus mejores embestidas sincronizadamente, y los tres acabamos al unísono, llenándome toda de leche tibia.
Fue el mejor sexo en mucho tiempo.
Y lo mejor es que nuevamente me gané 1.000 euros, ya que si bien disfrutó él también, no estuvo de acuerdo en volver a repetir esa experiencia.
Nuevamente me he tenido que romper el culo para ganarme dinero bien habido.
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