LA AVENTURA 2
Por franciscomiralles
Enviado el 15/01/2017, clasificado en Amor / Románticos
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... A causa de esta malaeducación, Jordi se sintió social y vitalmente estafado, por lo que quiso
romper, transgredir aquella influencia.
De pronto algo sucedió. Cada vez que él hablaba en aquel pequeño escenario una de las
alumnas llamada Lolita, que era una bella mujer de mediana edad; morena, de cabello largo, y
con una tan cristalina como graciosa mirada, cuyo marido siempre estaba de viaje sea en los
demás países europeos, o en el Nuevo Continente, se había convertido en una incondicional
admiradora suya, por lo que Jordi contara lo que contara Lolita siempre lo aplaudía con
entusiasmo.
Al principio el joven timorato se sintió halagado; pero en días sucesivos empezó a sentir un
vivo interés por aquella mujer.
En efecto, cuando terminaba la sesión Jordi la abordaba y descubrió que Lolita, además de ser
muy atractiva estaba en sintónía con él. Resultaba que tenían afinidades, pues a ambos les
gustaban las mismas cosas, y Jordi se sentía por primera vez en su vida acogido, comprendido
por aquella fémina, y se sentía inmensamente feliz. De modo que cuando se
hallaba ante ella todo el entorno parecía estar envuelto en una espesa niebla. Nada tenía
tanta importancia como aquella chispeante, y radiante alumna.
De hecho, digámoslo de una vez, Jordi se había enamorado perdidamente de Lolita,
por lo que las demás jóvenes que conocía se le antojaba que eran insulsas, pretenciosas, y
llegó a la conclusión que las mujeres casadas de cierta edad eran más interesantes que las
solteras, quizás porque sabían tratar mejor a los hombre que las otras.
En aquellos encuentros sólo había una nube. Cada vez que Lolita mencionaba de pasada a su
ausente marido, a Jordí le entraban unos feroces celos que él trataba de disimular.
Cuando Jordi llegaba a su hogar se preguntaba el por qué de aquel enamoramiento, y llegó
a la conclusión que a pesar de que le habían repetido una y mil veces que el amor no atiende
a razones vio que sí que había una oculta razón que tenía que ver con la comunicación
sensitiva. Una persona excursionista que es amante de la Naturaleza, irá siempre con un grupo
que comparta su misma afición y al final se liará con alguien con quien poder hablar de lo que
les gusta,, les une, porque lo que en el fondo todos anhelamos es poder reconocernos en el
otro.
En una de las reuniones del grupo que se hizo en una casa de mucha solera cuya dueña tenía
un don de gentes fuera de lo común, para preparar la próxima sesión del curso y en la que
acudió tanto Jordi como Lolita, en un momento determinado el joven que sufría lo indecible al
ver a la mujer de sus sueños que con su impronta le había propiciado a que se conociese
mejor a sí mismo, pero que a la vez también la notaba distante puesto que sabía que ella no
era suya, decidió arriesgarse y le dijo con elegancia lo que sentía por ella.
Seguidamente Lolita lo invitó al día siguirente a que fuera a su casa, que estaba en la zona
alta de la ciudad.
Así que Jordi a la tarde del día siguiente se personó en el lujoso piso de Lolita, y tras hablar
un poco de nimiedades, él osó tomarle una mano, y la mujer no opuso resistencia.
Entonces, Jordi envalentonado la agarró por la cintura, y ambos se besaron apasionadamente
en la boca.
- Suerte que mi marido está lejos - dijo ella con una sonrisa poco después.
Posteriormente Lolita en compañía del visitante se dirigió a su dormitorio y la pareja vivió con
plenitud una de las mejores sesiones de amor.
- Prométeme que este encuentro no lo dirás a nadie - le pidió ella cuando hubieron acabado.
- Te lo prometo- respondió él besándole cariñosamente los párpados de los ojos.
Cuando Jordi salió de aquella casa sintiéndose muy ufano, decidió sólo atender a
su experiencia mundana, dejando de lado el falso y ñoño discurso del Poder domiante sea del
color que sea.
A Lolita, poco después de aquel encuentro su marido se la llevó de viaje, y nunca más se supo
de ella.
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