Llevaba días sospechando. Su comportamiento la delataba. Esas miradas furtivas y las sonrisas reprimidas la hacían culpable, de eso estaba seguro. Ella estaba radiante, pletórica, como hacía años no la veía, y él cada vez más convencido de su infidelidad. Desde hacía unos días se la veía más nerviosa si cabe, como si quisiera confesarle algo y finalmente desistiera. Esas señales eran inequívocas, tenía un amante y los desenmascararía. Hoy había salido tras ella decidido a pillarlos in fraganti. Verían de lo que era capaz. De él no se reía nadie. Cuando, al cabo de una hora, se halló frente a la puerta por la que ella acababa de entrar, salió por fin de dudas. Una placa dorada rezaba: Consultorio del Dr. J. Beltrán - Obstetricia y Ginecología.
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