CORTO RELATOS DE MI VIDA: LA SEÑORA GREGG: El trauma del mayordomo. Segunda parte.
Por el solitario.
Enviado el 24/01/2017, clasificado en Adultos / eróticos
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Después de escuchar esta historia, Bárbara dijo, parece que has pasado por un trauma horrible pero no te preocupes yo te curare, le pregunte y como lo harás no eres psicóloga, a lo que me contestó, no, no lo soy, soy mejor que un psicólogo. Regresamos a la casa, dije: estoy cansada voy a recostarme un momento y ella contestó, si quieres puedes recostarte en mi cuarto, como crees le dije, y tu esposo?, entonces ella contestó, mi esposo duerme en una habitación aparte, ya que por su problema necesita atención permanente y el encargado de eso es el MAYORDOMO, al que yo tanto temía, le pregunté, entonces tu no lo atiendes?, no, como crees, yo debo vivir mi vida, además el culpable de que este en esa silla es el mismo, si me hubiese hecho caso de no ser temerario no estaría así, entonces dijo: vienes a mi cuarto o no, lo pensé y conteste gracias pero no, de verdad estoy agotada, además debo darle pecho al bebe, Bárbara se molestó un poco pero acepto la negativa y dijo riendo, está bien, pero no malgastes esa leche que aun te va a servir más tarde, solo le sonreí y nos fuimos a nuestros cuartos, allí estaba mi bebé en la cuna dormido aun, lo saque de la cuna, me senté en una de las dos camas que habían en el cuarto y empecé a darle pecho, a todo esto Migue estaba bien dormido, descanse un par de horas y una de las sirvientas toco a mi puerta avisando que la cena estaba servida, me levanté sin hacer ruido y salí del cuarto, vi la hora un reloj y eran las 7:30 pm, me senté en la mesa y de casualidad Bárbara se sentó frente a mí, su esposo estaba sentado en su silla de ruedas en la cabecera de la mesa solo que en el lado contrario, pasaron la cena y empezamos a comer, de pronto sentí un pie en mi vagina, era Bárbara con sus deseos ninfómanos, esa mujer no podía dejar de pensar un solo momento en sexo, yo me movía en mi silla, le tomaba el pie y lo quitaba, pero ella era necia y seguía, al fin su esposo se dio cuenta de aquello y simplemente dejo caer un tenedor al suelo, se agacho un poco y vio por debajo de la mesa, se incorporó y no dijo nada, terminamos de cenar y ella dijo: quieres un trago?, y yo accedí, fuimos a la sala y nos llevaron los tragos, mientras Bárbara contaba historias de los lugares a los que había viajado, las culturas que había conocido, de pronto vi a Migue parado allí, le dije, bien dormilón, te perdiste la cena, Bárbara llamo a la sirvienta y le dijo que preparara algo de comer, le llevaron emparedados de jamón y un refresco, comió todo, después de tomarme unos tragos dije: bueno está bien por hoy, me voy a descansar, Bárbara dijo: como esta eso, no te vayas aún hay algo que quiero mostrarte, pero le contesté, será mañana hoy estoy muerta de cansancio, ella insistió pero el señor GREGG le dijo, si la señora quiere ir a descansar que así sea, no seas necia, así que me pidió perdón y dijo: que descanses querida, me despedí, subimos al cuarto, entramos y cerré con llave, tenía miedo que alguien entrara al cuarto sin hacer ruido, el mayordomo por ejemplo, bueno me quité mi vestido quedándome solo en ropa interior, al rato tocaron a la puerta y pregunté quién era, Bárbara contestó soy yo, le pregunté, qué quieres, te traigo ropa para dormir, le dije: así estaba bien, pero la mujer insistió, así que quité llave y abrí, Bárbara solo traía puesto un camisón transparente color negro, sin nada abajo se le miraban las tetas súper lindas y su concha hermosa, le recibí la ropa y le di buenas noches, cerré la puerta y eché llave, pero me quedé recostada en la puerta pensando, vi lo que lo me había dado y era otro camisón igual al que ella traía puesto solo que color rojo, me reí lo deje en la silla y me volví a acostar, paso un buen rato y no sé por qué, me levanté, me quité la ropa interior y me puse el camisón rojo, me veía estupenda, solo que las tetas se me salían y quedaban colgando por afuera, trate de meterlas pero son muy grandes, de todas formas me lo deje puesto y me acosté, no podía dormir miraba al techo y esperé que me agarrara el sueño, vi para la cuna y el bebé estaba dormido, después vi a Migue y dormía profundamente, no podía dejar de pensar en Bárbara y que hermosa se veía con ese camisón así que empecé a tocarme los pechos, me masajeaba como me enseño Bárbara, después metí mi mano entre mis piernas y empecé a acariciar mi concha, abrí las piernas, con una mano tocaba mi pecho, lo masajeaba despacio y con la otra metía mis dedos en mi vagina, masturbándome, dándome placer, como todo una zorra, me movía en la cama, gemía, era bello, de pronto tocaron a la puerta, y se acabó el show, me levanté y pregunté, quien es, y me contestaron, soy yo, era Bárbara de nuevo, le dije: ya estoy acostada que quieres, la mujer dijo no te molestaría si no fuera una emergencia, entonces me levanté, quite llave y abrí la puerta, que pasa dije, Bárbara al verme con el camisón quedo hipnotizada, muda, que pasa repetí , ella dijo: es mi esposo, creo que está enfermo, le contesté, espérame un momento, pero dijo, no hay tiempo ven, no quería salir así con ese camisón que no me cubría casi nada, es que estoy casi desnuda, la mujer me contesto yo también y que tiene, me tomo de la mano y me saco del cuarto, solo alcance a medio cerrar la puerta, las dos llegamos hasta una puerta que era para subir al tercer nivel de la casa, ese nivel solo lo ocupaba el señor GREGG, la puerta permanecía cerrada con llave ya que por orden del señor GREGG esta debía permanecer así, Bárbara abrió y entramos había que subir unas gradas cuando llegamos arriba era como otra casa, todo alfombrado, cuadros grandes, retratos de personas, me imagino familiares del señor GREGG, caminamos y había un cuarto con la puerta abierta donde se veía luz, allí estaba el señor GREGG, en su silla de ruedas, Bárbara y yo entramos, fue entonces que ella me dijo, mira te he tomado confianza, tanta que quiero pedirte un favor muy especial, como ves mi esposo está confinado a su silla, pero su miembro no está paralizado, aún tiene deseos sexuales, le conteste: y yo que tengo que ver, mira dijo: a él le gusta observar y conforme ve, su polla se endurece, así que necesito que le demos un buen show, qué dices?, cómo crees que voy a hacer eso estás loca, no, no lo voy a hacer, nunca, ni en sueños le contesté, Bárbara trataba de convencerme, pero yo seguía negándome, entonces ella dijo,
(CONTINUARA)
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