DUDAS - Serie de Relatos Lady Writer nº 6
Por Adelina Gimeno Navarro
Enviado el 03/02/2017, clasificado en Intriga / suspense
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Irene estiraba sus piernas que aguantaban su portátil, sus manos situadas en la cama y apoyadas daban el impulso necesario para sentarse mejor, estaba claro que aquello que se disponía a escribir una vez acomodada, no se reflejaría en las crónicas que Lady Writer escribiría cuando estuviese de vuelta, demasiadas dudas al respecto tenía y aclarando dichas teorías que comprobó, sin lugar a dudas alguien saldría perjudicado...
DOS DÍAS ANTES
Todo estaba dispuesto los preparativos para irnos al evento de la moda en Barcelona y hasta nosotros mismos, con la seguridad de que esta vez lo atraparíamos. Jhon recibiendo instrucciones de cómo cuidar al niño, pero sin éxito, me comentó como aquella otra vez de llamar a una canguro, pero con todo lo que ocurría últimamente, yo no estaba por la labor. Afortunadamente su madre, Clara, se ofrecía para facilitarle la tarea y quedarse de cuidadora de los dos, con esa actitud me lo hacía saber, aceptando sin dudarlo en ningún momento. Los últimos Whatsapp de despedida con Jhon, y apagaba el móvil, reservando batería por si al llegar era preciso realizar alguna grabación. La generosidad de Marcos al ofrecerse él a conducir, no tenía precio, con lo poco que me gustaba a mi tomar el volante. Durante todo el trayecto fuimos conversando sobre las pistas que teníamos del caso de la pasarela, el inspector Merey, nos había proporcionado unos folios, en los que figuraba el nombre de todos los que trabajamos en aquel reportaje, junto con otros pertenecientes a la organización del evento, en los que todos éramos sospechosos, hasta que se encontrasen otras pistas. La verdad que Marcos en boca de Merey, era al que más implicaba el inspector, en una de las entrevistas que le hice para llenar el apartado en el periódico como Lady Writer él, me lo decía. Lo escuchaba hablar mientras conducía y no podía creer que fuese el asesino, me negaba por completo, cuando al acercarme para conectar la radio, y mientras él no dejaba de escenificar la situación de Jhon aquella noche, vi como en su pierna escondía a la altura del tobillo un machete. Me asuste un poco y nerviosa puse música, parecía nervioso, me miro y acerco su mano al arma blanca que portaba, creo que sin otro fin que rascarse, pero llovía sobre mojado y estaba asustada. En la última ocasión me escape por los pelos y si me paraba a pensar, después de leer aquellos informes de la policía, alguien era más sospechoso que Marcos, ya que él se encontraba entre bastidores con Maica cuando a esta le alcanzó la bala que procedía del palco donde estaba mi marido junto a otros fotógrafos.
EL EVENTO
Curiosamente con el aforo desbordado, y el hotel hasta los topes, Marcos y yo tuvimos que compartir habitación, la organización pensó que acudiría con Jhon y así lo habían predispuesto. Así que no discutimos y como la confianza era mutua a pesar de que solo hacía dos años que Marcos trabajaba para nosotros, subimos nuestras maletas y nos arreglamos para cuando comenzase el desfile. Recordando mientras el ascensor subía, el momento aquel de insinuación que tuvo el joven cuando era becario, conmigo, poco tiempo después de incorporarse al periódico. Me dije que no habría problema, que Marcos entendió muy bien mis palabras aquella noche, en la que por casualidad también coincidimos en una habitación de hotel, pero esa vez dispuesto por nosotros dos, para aclarar el tonteó que teníamos y que pudo haber terminado en algo más si no paramos a tiempo. Le volvía a mirar, me daba lastima que pensaran así de él, pero pronto tendría algo que contarle a Merey, pues para eso estábamos los dos allí, además del reportaje fotográfico para el periódico, yo tenía aquella complicada misión, servir de señuelo para cazarlo si por un casual era él, el asesino. Marcos imaginaba algo, sabía que estaba en el punto de mira, pero alardeaba de aquella coartada que tan poca garantía daba a su inocencia, no por haber estado cerca de la becaria le eximia de la culpa, podría haber sido un cómplice perfecto, la unión entre el asesino y la victima, el modo de poner a esta justo en el teleobjetivo de quién disparo...
El desfile fue todo un éxito, las jóvenes modelos desfilaron con toda la tranquilidad, Marcos hizo un trabajo extraordinario, completísimo diría yo, no me dejó que me acercase a la pasarela, ni que me pusiera en peligro en ningún momento. Pero el sujeto no dio señales de vida, nada daba a entender que allí aquella noche fuese a haber ninguna victima. Por lo que recogimos todo el material y nos volvimos al hotel allí no hacíamos nada, el pase había terminado. Tendríamos que esperar a la fiesta de clausura que se celebraría esa misma noche...
Por fin todo había terminado y allí estábamos, Marco dormido y yo escribiendo, deje por un momento mi tarea, para acomodarme en la cama y llamar a Jhon no había podido antes con todo lo que se forma en un acto de aquella magnitud, miraba a Marcos y me disculpaba por la desconfianza que habíamos tenido, pero y si no había hecho nada por el mismo motivo, era exponerse demasiado y declararse culpable, pues se hubiese descubierto él solo... Conecte el teléfono para hablar con mi marido, pero...
¿Jhon?
¡Cariño!
¿Quién es?
¡¡Oiga!!
©Adelina GN
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