UNA PROCESIÓN MALDITA 1
Por franciscomiralles
Enviado el 05/02/2017, clasificado en Terror / miedo
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Sergio García que era un profesor de Periodismo de cincuenta años que trabajaba en una
Universsidad de su ciudad, el cual si por un lado era un escpeico de cualquier ideología, por el
otro lado era un hombre bastante sensible que se emocionabaa al escuchar música clásica, y
había tenido algunas expeiencias extrasensoriales con las personas que más apreciaba,
también le había dado por estudiar Psicología profunda para investigar casos
Metafísicos (una realidad que hay más allá de lo físico) se hallaba en Galicia en compañía de
un amigo suyo llamado Manuel Campos que era un tipo de mediana edad; recio, y con gafas,
y de una colaboradora que era vidente llamada Julia, que era una mujer alta, huesuda;
morena y con el cabello corto; la cual para compensarse de su desastrosa vida familiar se
había decantado hacia el misticismo; quienes ahora se encontraban en un pintoresco pueblo de
la provincia de Lugo que formaba parte de la ruta hacia Santiago de Compostela, en cuyas
destartaladas calles habían innumerables casas primitivas con tejados de paja llamadas
"pallozas" que son propias del noreste de España. En una de dichas calles había un museo
etnográfico, y a pocos pasos una magnífica iglesia prerrománica del siglo lX.
Si Manuel había llevado a su amigo allí era con el propósito de que visitase a un pariente suyo
llamado Antonio, que era un campesiono de edad avanzadaa, entrecano; algo delicado de
salud que vivía asustado porque según él en la madrugada de "El Día de Todos los Santos" de
aquel año había visto desde la ventana de su habitación a la Santa Compaña, que era una
singular procesión espectral de las almas en pena de los difuntos llevando cirios encendidos; y
a la cabeza de la misma iba el fantasma de un despreciable sacerdote de la parroquia de un
pueblo cercano que hacía muchos años que había abudsado sexualmente de un monaguillo y
en consecuencia había sido asesinado por un familiar del chico.
Al parecer la siniestra procesión se detuvo frente a la casa del que antes había sido el
monaguillo, que en la actualidad era un vecino y amigo de Antonio, y el espectro del cura
lanzó una tan torva como delirante mirada a aquel lugar como si fuese a recuperar a su presa.
Al día siguiente el amigo de Antonio amaneció muerto de un infarto al corazón. Por tanto se le
pedía a Sergio que hiciese algo para tranquilizar a aquel buen hombre.
-... Y la próxima vez La Santa Compaña vendrá a por mí - dijo temeroso Antonio una vez que
que le hubo contado su relato al investigador en el humilde comedor de de su habitáculo
mientras tomaban una copa deun licor muy fuerte llamado Orujo.
-¡Bah, bah tío. ¿No ve que esto es una simple leyenda sin ningún fundamento? - atajó Manuel
sarcástico.
- Puede que Antonio tenga razón. Yo misma he podido captar en algunos sitios vibraciones de
presencias de difuntos que buscaban ayuda para traspasar a otra dimensión - expresó Julia
vehementemente.
- Bueno. A veces es posible. Pero no siempre es así - terció Sergio con cautela-. Usted
Antonio cuando vio a la procesión estaba acostado en la cama a punto de dormirse ¿no?
- Sí. Y de entre la niebla que se extendía en esta zona surgió la Compaña - respondió el
dueño de la casa.
- Usted apreciaba a su vecino ¿verdad?
- Sí. Éramos amigos desde la infancia.
- Y usted es un hombre de fe ¿no es así?
- Sí, claro. Si creo en Dios ¿por qué no he de creer en la Santa Compaña? - dijo Antonio.
- Muy bien. La pregunta clave es: ¿Por qué a los campesinos de este lugar que como se sabe
tienen una intuición más aguda que los habitantes de la ciudad, en un estado de duermevela
se les aparece "La Santa Compaña" que les revela una desgracia que se va a producir y a los
que son de otras regiones de la Península no se les aparece?
Nadie supo qué responder.
- Todo parece indicar que usted ha tenido un fenómeno de transmisión de pensamiento, o de
sensación con su amigo a quién usted estimaba. Sí. La simpatía que sentimos por alguien
hace de puente para que recibamos información en nuestra sensibilidad del amigo querido,
más allá de las palabras, pero que en esta ocasión ha sido a través de una cosa llamada el
Inconsciente Colectivo - la Compaña, una Vírgen-. Se trata de que por debajo de nuestra
razón;en lo más profundo de nuestro inconsciente subyacen los ancestrales mitos que han sido
los cimientos de nuestra cultura, y en los que hemos depositado nuestra fe, los cuales en
casos de una alteración de la mente, por ejemplo a causa de la fiebre, salen a flote y se
presentan como alucinaciones que son a su vez portadores de un suceso que está en ciernes.
Y no hay duda que esto tiene que ver con la complejidad de nuestro cerebro que está en
relación con el Lenguaje - concretó Sergio.
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