Denominación de origen

El suceso que aquí se produjo hace cuatro meses, me ha llevado bastante tiempo ser capaz de escribir sobre ello, siento que la versión de los hechos, merece ser contada por la conmoción que sufrió este muchacho.

La primera vez que vi a “EDUARDO DENOMINACION DE ORIGEN” estaba sentado en un banco frente la playa, tenía 20 años y pesaba 90 kilos, y eso que no era muy alto

Eduardo hablaba en voz baja, con un tono de voz que denotaba tragedia. Paso con él, más tiempo que con otros, tal vez, por el respeto, la confianza, y la discreción que le muestro. Él siempre me recibe educadamente.

Todo esto tiene lugar en un momento crucial en la situación en que se encontraba este chico, puesto que cuando le sucedió este hecho, llevaba una dieta extremadamente disciplinada.

Motos, coches, bicicletas haciendo acrobacias, diversidad de seres humano. Así, se encontraba la zona costera, en plena temporada turística, a los límites de su capacidad. De repente una moto se detuvo al lado de Eduardo y de ella bajaron tres mujeres adultas, una de ella tenía una cara como una losa blanca de marfil gigante de cocina antigua. Mientras la mujer de la cara gorda, sostenía la moto en marcha, las otras dos mujeres, cogieron al chaval, lo montaron en la moto y se lo llevaron a un lujoso chalet.

Fue secuestrado. Lo sentaron en una silla, lo amarraron con correas anchas en un salón grande y hermético, con una gran mesa en medio del espacioso salón. Allí comenzó la terrible tortura a “EDUARDO DENOMINACION DE ORIGEN”. Le inyectaron 500 gramos de chorizo ibérico, 700 gramos de queso de oveja añejo, 400 gramos de salchichón ibérico, 300 gramos de caña de lomo ibérico de bellota, 200 gramos de morcón ibérico y para completar la tortura chacina ibérica, le inyectaron 900 gramos de jamón serrano paleta ibérica gran reserva de bellota PREMIUN.

Cuando Eduardo abrió los ojos estaba ingresado en un hospital de la zona. Tenía mal aspecto. Había sufrido una subida altamente elevado de TRIGLICERIDOS y estaba padeciendo síntomas como; la palidez, diarrea, irritación, insomnio, temblores, escalofríos, sudores, palpitaciones, agrandamiento del hígado, aumento de la grasa abdominal etc., etc., etc.

Este relato critico-surrealista ha sido posible, gracias a un folleto publicitario que me encontré en le terraza de fuera de mi casa.