¿Cómo supe…
…que me gustaba? De pronto él hacía mis días más alegres, mis penas ligeras. ¡Y sí, suena cursi pero así es! Y cuando lo veía comenzaba a sonreír demasiado… el punto es que ya no actuaba normal frente a él.
…que era casi inevitable dar marcha atrás? Cuando por las tardes lo pensaba, cuando veía o leía algo e inmediatamente lo recordaba, cuando hasta en mis sueños aparecía.
…que me estaba enamorando? Ya no sólo lo pensaba en las tardes, sino todo el día y las noches.
…que era muy tarde para reprimirme? Descubrí que su sola presencia y ausencia eran capaces de hacerme entrar en un río caudaloso de emociones.
…que era amor? Con el tiempo, porque de pronto cualquier chico me parecía nada en comparación con él. Porque cambié, me ablandé y decidí no privarme del derecho de querer a alguien (aunque no fuera correspondida). Supe que era amor cuando deseaba que todos mis pensamientos nocturnos con él se hicieran realidad, cuando acepté que no me gustaba para un rato y que realmente no tendría inconveniente de que toda la vida conmigo se quedara.
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