ENVIDIAS

Todo estaba preparado, las cámaras les enfocan, no podían creer los que los veían, el valor y el coraje de salir en televisión de aquel modo, pero seguro que quién vertió sobre ellos la calumnia también los hacía fuertes para demostrar su verdad...

Unos días antes...
Aquella conversación tomaba un grado demasiado agresivo para lo que era la convivencia en la pareja. Sus muestras de cariño siempre habían sido envidiadas por sus amigos y vecinos del lugar. Los dos lanzaban blasfemias recíprocas, que dolían mucho más que cualquier golpe que pudieran darse. Él la acusaba de infidelidad con su mejor amigo, ella para no ser menos le argumentaba la sospecha de que una compañera de trabajo, según le habían dicho, le iba tonteando y que él se dejaba. El tono de sus palabras con acusaciones infundadas crecía, hasta el punto que los dos mutuamente se perdieron el respeto, por algo que les habían contado. El intercambio de palabras no les podía golpear más fuerte, haciendo daño al amor que se tenían. Un movimiento brusco, una mala coordinación de sus cuerpos, hacía en aquel justo instante, que el fuego de la cocina les quemase el rostro. Un accidente sin duda alguna, pero provocado por la envidia, con aquellas mentiras habían hecho que pelearan, pero también que sufrieran juntos aquellas quemaduras que les habían desfigurado sus rostros. Consecuencia de ello decidieron dar una entrevista, para comunicar a sus envidiosos amigos y vecinos, que seguían juntos y que continúan amándose. Pero sería por mucho tiempo así, con los rostros tapados por sendas caperuzas de tela, del mismo modo, como ahora se besaban.

©Adelina GN