Todas las historias tienen un comienzo, el suyo sin embargo siempre había sido el final. Había huido de sus demonios toda su vida, sin darse cuenta de que estos siempre habían estado a sus espaldas. Siguiéndola, devorándola poco a poco. Con cada paso que ella daba.
La luz se cernía plomiza sobre la habitación cuando la encontraron, muerta. Apoyada contra la ventana que desde pequeña había sido, para ella, una puerta a otro mundo. Un lugar donde nadie podía alcanzarla… Pero, el problema de las sombras es que, vayas donde vayas, ellas, te encuentran.
Su mirada gris se perdía en el horizonte y en su rostro solo lucía una tristeza infinita. Porque en el último momento había comprendido que, su sitio, siempre había sido ese, al lado de la ventana. Lejos de las personas para no dañarlas, consumiéndose en la oscuridad. Y que todos esos años de continua carrera no habían servido para nada.
Comentarios
Nº 1 Publicado por Eneksari el 17/02/2017:
Todos tenemos sombras a nuestra espalda, pero con fortaleza podemos ir retirandolas poco a poco. Un saludo
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales