Pistolas al Amanecer

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Lunes 20 de febrero del 2017. (Historias reales de mi Tierra Media, mi Galaxia muy Lejana)

5:00 a.m. Es la hora en que de lunes a viernes ocurren dos hechos cotidianos. El primero es la llegada del Sr. Jorge, el portero del laboratorio que está en la planta baja. Como vive lejos, llega a esa hora para evitar las interminables colas que a partir de las seis de la mañana se forman en la carretera que va  desde los Altos Mirandinos a Caracas.

El segundo hecho cotidiano es la llegada de Gerardo, el vecino de la casa de al lado. El es taxista, trabaja toda la noche para mantener a su familia, solo que hoy se ha tardado un poco más.

De pronto, un tercer y cuarto protagonistas se hacen presentes.  Una mujer que grita y pide ayuda y unos delincuentes… ¡la están asaltando!

¡Auxilio, auxiliooo!

Me asomo a la ventana, veo al Sr. Jorge retrocediendo con una escoba en la mano, había enfrentado a alguien, pero no veo al agresor, sin embargo deduzco el malhechor está mejor armado.  Por los gritos, se que la mujer está dentro del laboratorio y el la protege. Hay confusión.  Los gritos continúan. Pienso que tal vez hay otros delincuentes dentro del laboratorio, porque los gritos vienen de allí.

¡Mi hija, Mi hija!

 Veo la camioneta Vitara parada al frente del edificio, alguien hace esfuerzos reiterados por arrancarla, pero el vehículo se niega. ¡Ahora entiendo todo!.

La madre que vive en la casa de al lado, ya estaba a salvo, pero su pequeña hija de doce  años continuaba en la camioneta con el delincuente, que insistía en tratar de arrancar el vehículo, pero el sistema de seguridad  se lo impedía.

En ese momento llega Gerardo, estaciona su vehículo y se percata de la situación. Gerardo trabaja de noche, conoce los  peligros de la ciudad y anda armado, piensa más rápido que mucho de nosotros.

La familia de la Señora intenta salir. Escucharon sus gritos, los padres y hermanos abren la reja, pero otros delincuentes armados con pistolas salen de un vehículo y van contra ellos. La familia retrocede. Los malechores intentan meterse en la casa.

Gerardo dispara hacia los bandidos que acosan ala familia, logra herir a uno de los delincuentes. Estos, a su vez disparan contra él. !Está solo contra todos!.

Sorprendidos por la sangre de su compañero los delincuentes deciden huir, y corren hacia un vehículo que espera.

El delincuente que está en la camioneta, sale del vehículo. Gerardo no lo había visto y es sorprendido, pero Gerardo lo enfrenta. Hay un nuevo intercambio de disparos.

Desde mi Angulo solo puedo ver la acción del criminal... viste pantalón y chaqueta de jeans, es bastante joven, pero por la agilidad con que dispara  y se mueve entiendo que tiene amplia experiencia en su carrera criminal.

El delincuente corre hacia el vehículo donde ya están sus secuaces. ¡Entra y arrancan a toda velocidad!.

El crimen ha quedado frustrado. Sin embargo, Gerardo, un hombre decente, trabajador, y valeroso, pero aventajado en destreza por el criminal, ha llevado la peor parte. Esta herido en el brazo. Sin embargo sigue en pie… alerta.

Como puedo termino de vestirme y bajo. Cuando llego a planta me informan que otro vecino ha llevado a Gerardo al hospital  Jose Maria Vargas, que está a unos cuatrocientos metros de donde vivimos.

Permanezco en el sitio unos minutos con un grupo de vecinos. Luego subo y me visto mas formalmente. Llamo a Gerardo y no contesta. Me dispongo a ir al hospital para ver como se encuentra.

Al llegar pregunto y me dicen:

Si el ese señor vino herido, pero se fue por sus propios medios porque aquí no tenemos como atenderlo. No hay insumos de ningún tipo.

Cuando regreso, al lugar de los hechos, me entero Gerardo  había regresado allí y que su esposa lo ha llevado a una clínica de servicios médicos privados para que lo atiendan. Llamo por teléfono. Me contesta su hija y me cuenta que en la clínica no lo atendieron porque tenía que llevar la denuncia del incidente… ¡Que Absurdo!.

Al menos Gerardo tiene porte de armas. Pero, ha empezado un martirio por llevar a cabo un gesto noble.

Lo de hoy no es un hecho aislado. El Sector donde vivo, era bastante tranquilo y últimamente se ha vuelto muy peligroso.

Me he comunicado nuevamente, esta vez puedo hablar con Gerardo, por fin lo están atendiendo., Me dice que la bala no causó fracturas, pero no la extraerán. Por los momentos,  los médicos buscarán evitar una infección y después, pasado un tiempo, decidirán qué hacer.

Gerardo mantiene a su familia conduciendo un taxi. ¿y ahora?... con el brazo herido… Pienso que seguirá haciendo carreras nocturnas,  sin guardar el reposo debido, no le queda más alternativa, su esposa y sus hijos pequeños tienen que comer.

Debemos estar pendientes de él, los delincuentes pueden buscar venganza y también del Sr. Jorge. ¡DIOS lo proteja... y a nosotros también…!


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