LA VERDAD IGNORADA 1
Por franciscomiralles
Enviado el 23/02/2017, clasificado en Reflexiones
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En el Club Naútico de la localidad marítima en la que resido próxima a la gran urbe, y en el
que hace bastante tiempo que llevo una tertulia literaria, en una ocasión vino una mujer de
edad un tanto avanzada que en su juventud había pertenecido a la élite social de mi país, y
había sido durante años la fiel amante de un hombre que había ostentado un alto cargo
relacionado con el deporte, la cual presentó su libro autobiográfico.
Según su historia antes de conocer al famoso personaje ella que había sido una mujer de una
belleza excepcional, no tan sólo era una excelente pintora de cuadros al óleo, sino que se
ganaba la vida haciendo de modelo de Alta Costura; y en aquella época tuvo una relación
amorosa con un adinerado sujeto que a su vez era amigo del anterior Jefe del Estado.
Ocurrió entonces que en un momento determinado el hombre le anunció que se tenía que ir de
viaje por asuntos de negocios, y ella le instó a que no la dejara sola porque no se encontraba
bien, y sorprendentemente aquel tipo presa de una insólita ofuscación le propinó una soberana
paliza que le dejó el cuerpo lleno de magulladuras, y hematomas en el rostro.
Cuando su madre la vió en aquel deplorable estado y la chica le hubo contado lo que le había
pasado, ésta con toda la lógica del mundo la aconsejó que no volviera más con aquel
energúmeno. Mas ella no hizo ningún caso de su progenitora, y siguió al lado de aquel tipo,
por lo que como era de esperar, a causa de un pequeño incidente en el hogar de la modelo
éste la volvió a golpear con saña dando lugar a que la criada, alarmada se apresurara a llamar
a la Policía.
La pregunta es: ¿Por qué esta mujer siguó al lado de aquel individuo?
Extrañado de aquella inexplicable actitud pensé que a lo mejor aquel hombre podía ser una
especie de James Bond, o tan guapo como el mejor galán de cine de cuyo carisma la modelo
no se podía desprender. Pero ¡Oh sorpresa! Cuando vi las fotos de aquel sujeto resultó que
éste era bajito y casi contrahecho, y más feo que una mona enfurruñada.
Esto me llevó inevitablemente a pensar que hay ciertas personas que lejos de buscar la
armonía, la connivencia con su pareja, lo que las subyuga es el "amor apache" como se ve en
los bailes de los cabarets del barrio chino de Pigalle en París, enmarcado en la cultura
machista basada en el dominio y la agresividad. A mi juício la modelo en cuestión que tenía
una personalidad de Afrodita que era la diosa del amor, del deseo, y de la fecundidad en la
antigüa Grecia, y que con los romanos pasó a ser Venus cuya naturaleza era la de arrimarse
al sol que más calienta, puesto que los mitos también explican lo que afecta al estado de
ánimo de los humanos, dicha personalidad de esta mujer bien podía albergar un inconfesado
instinto masoquista, ya que fue ella la que decidió seguir junto a aquel hombre.
Unos meses después en plena calle me encontré con otra mujer que conozco hace años a la
que llamaré Gertrudis, la cual me contó que su anterior marido que era un hombre muy
prepotente la maltrataba sin cesar. No tan sólo la seguía, la controlaba como un detective
allá a donde fuese, sino que la amonestaba con arrebatos histéricos, y una noche el hombre
tuvo la idea que su mujer y su hija conspiraban contra él; de manera que sin pensarlo dos
veces el sujeto se dirigió al lavabo donde estaban ellas, y las golpeó salvajemente.
Escuchando las confidencias de Gertrudis, me enteré que cuando ella era soltera su madre la
reprochaba que buscara la compañía de tipos altivos, prepotentes, y sinvergúenzas; es decir,
claramente machistas, pero que a su vez fueran "un buen partido", y que rechazara con
malos modos a hombres sensatos y dialogantes.
¿Cómo se originó esta costumbre machista?
Parece ser que allá en la noche de los tiempos, habían muchas tribus primitivas en las que
predominaba el matriarcado. Pues tanto la educación de los hijos, como la herencia dependía
de la madre, y no del padre. Al hombre se le mandaba a cazar, y a callar. Sin embargo un
buen día aparecieron unas tribus emigrentes procedentes quizás del Caúcaso los cuales eran
sedentarios; altos y rubios llamados indoeuropeos quienes se extendieron por medio mundo,
y hablaban el idioma ario del que se derivó el latín y posteriormente la lengua que nosotros
hablamos. Entonces esta gente establecieron un poder político sacralizado por la religión en el
que promocionaron la idea de un dios-creador y agresivo en función del falo cuyo hijo era el
héroe guerrero y al que veneró tanto el hombre como la mujer.
Y aunque hubiera gente que no fuese a "misa" a adorar a estas deidades masculinas casi a la
hora del aperitivo, que eran en realidad una proyección del rey de turno, y que dejaron en un
segundo lugar a la diosa-madre, a la hora del aperitivo, todo el mundo asumió un modelo de
vida patriarcal y por tanto machista.
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