LA VERDAD IGNORADA 2
Por franciscomiralles
Enviado el 23/02/2017, clasificado en Reflexiones
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Por tanto, debido a esta ancestral tradición, lo que sucede hoy en día es de una incoherencia
total. Pues hay muchas parejas que bajo el influjo del espectro político de los partidos políticos
de izquierdas que son de tendencia feminista, ellos de cara a la galería presumen de ser
feministas, pero que en familia, en la intimidad no pueden evitar de tener hábitos de la vieja
cultura machista.
Sin embargo yo no comulgo con el simple y superficial cliché "machista" que pregonan los
Partidos políticos de Izquierdas de tendencia feminista como único motivo para maltratar a las
mujeres, quienes parece que están más interesados en adoctrinar a la población con su
ideología gregaria como si el ciudadano fuese menor de edad al que se le tiene que educar a
su imágen y semejanza que en profundizar en esta espinosa cuestión.
A mi juicio, el maltrato efectivamente surge de un contexto cultural machista, pero en el que
además entran en juego otros factores, otras causas que por supuesto NO JUSTIFICAN de
ninguna manera tal deleznable práctica de maltrato sea físico o psíquico al llamado sexo débil
puesto que en esencia todos somos personas, y por tanto merecemos una consideración.
La primera de ellas tiene que ver con un trastorno mental del agresor. Pues valoraciones de
tipo moral como que éste es un villano aunque actúe como tal carece de fundamento. Y este
es el caso del marido de Gertrudis. Ël sufría de unos celos paranóicos que lo llevaban a
acorralar y a pegar a su mujer. La actitud prepotente, y de perdonavidas que él mostraba no
era más que una fachada tras la cual se escondía un ser con un tremendo complejo de
inferioridad animado por una bajísima autoestima, que degeneró en dicha perturbación
emocional. El paranóico sufre manía persecutoria; cree que todo el mundo conspira contra él,
y aunque sea muy inteligente y eficaz en el trabajo, en la intimidad, donde no tiene porque
disimular da rienda suelta a su delirio.
Y la segunda causa que agrava esta educación machista es de naturaleza económica. En
muchos hogares, debido a la precariedad laboral surgen los malos humores; los reproches
mútuos. Y si el hombre se queda sin trabajo la mujer deja de admirar al "héroe"; se enfrenta a
él y le responsabiliza de la mala situación económica por la que pasan. Y como la Ley favorece
económicamente a la fémina en perjuicio del varón, ya que ella se queda con la casa y demás,
y al hombre le toca buscarse la vida por otro lado como le ocurrió a un amigo mío - pues yo
he conocido a mujeres que dicen que el matrimonio es un "buen negocio" para ellas-, se
produce entonces una traumática ruptura en la que se evaporan los sueños, las expectativas
de futuro, el soporte afectivo femenino en el hombre, y esto afecta de tal modo al orgullo de
muchos de ellos que al no poderlo soportar se vengan agresivamente de la mujer. "De mí no
se ríe nadie" - piensan.
Mas casi siempre sucede que la segunda causa económica indice en la primera; en el trastorno
emocional del agresor, porque los fenómenos se entremezclan entre sí. Lo exterior (la calle)
repercute en el interior del ser humano.
Pero mientras se siga siendo superficial respecto al mundo de la pareja, y no
se fomente con más intensidad la rama de la psicología que versa sobre la Inteligencia
Emocional, que comprende ganar más autoestima, y en saber respetar y comprender más al
prójimo, en sus altos y bajos, ya que si ahora dicha rama de la psicología se ha puesto de
moda es precisamente porque sus principios, sus enunciados brillan por su asencia, todo
seguirá igual, o peor como se está viendo.
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